¡Ya llegó, ya está aquí!
El Chamuco Reloaded, especial de elecciones.
Búscalo con tu voceador.

Los vecinos que me han tocado son bastante jodinches. Para empezar con la de enfrente: doña Perra y sus perritos, son treinta perros y la misma cantidad de gatos. Es obvio saber a lo que apesta afuera de mi casa. Los otros vecinos fastidiosos son unos que están más lejos pero su radio de acción abarca más cuadras a la redonda: Don Madrazo y sus priístas. Hoy es el cierre de campaña en el Monumento a la Revolución y el tráfico está pesadísimo, Insurgentes, Reforma, San Cosme, Eje 1 Norte. Lleno de borregos y por si fuera poco de los Verdes que son los más cínicos, las calles copadas con camiones de acarreados y basura. Igualito que cuando convocaban a la bufalada cuando había dedazo. Ah, que gacho es eso de vivir cerca de priístas y perros. Al menos ha sido un gran avance que perdieran el poder, lo que más me preocupa ahora que vuelvan a tomarlo. No puede un partido tan deshonesto, sinvergüenza, ambicioso y corrupto hasta las tripas volver a gobernar este país.
Posiblemente en el Distrito Federal no gane tantos votos Madrazo, en provincia es donde está la mayoría que lo apoya, en lugares apartados que lo único que tienen como verdad es pararse enfrente de su majestad el televisor y eso se traduce a mayor ignorancia, esos son los que votan por esa fórmula, por desgracia. Sin ir más lejos, mi apolítica familia, (mamá, papá, hermano y dos hermanas) se va a lavar las manos votando por Patricia Mercado, que no me molesta tanto como Madrazo, por cierto la vi ayer que estuve horas mirando la televisión por estar reposando mi mano hinchada y no sé si me deprimió más mi enfermedad o perder tan estúpidamente el tiempo, realmente la señora es convincente en su discurso, pero como dice Martha mi amiga es: CASERA, y yo no quiero un presidente “casero”, tampoco quiero un pendejo como Fox. Pese a lo que dice la señora Mercado yo sí pienso en el voto útil, y no voy a desperdiciarlo con ella, eso sí, voy a votar por el menos peor de los dos. Incluso pienso inducir al voto con mis hijas, así que... ¡Denúncienme!, ellas están muy indecisas y su derecho lo llevan pensando desde hace meses. Me voy a poner de mamá cachimba, igual como se pone mi cuñado obligando a mi hermana y sobrina a votar por... (permítanme pedir perdón a nombre de ellos) por Madrazo ¡¡ghuash!!, que pena, ya lo dije.
Esta guerra de campaña se acaba mañana, la gente sigue estando pobre, decepcionada, indecisa y sin esperanzas en un país sin justicia, pero si no votamos será peor. Viva el voto útil.
Mi cuerpo me pide que descanse, sin embargo yo lo martirizo y lo maltrato. Ya llevo dos semanas enferma. Aunque también lo consiento, es por eso que después de la malograda visita a la rascuache Antigua Fonda Santa Anita, decidí que hacía falta comer más comida mexicana, pero de buena calidad. Me fui por el rumbo de Azcapotzalco, en la colonia Clavería, el Restaurante Nicos, propiedad del buen chef Gerardo Vázquez. Yo iba principalmente por probar su Sopa seca de natas, que es un pastel de crepas con rajas y pollo deshebrado en una salsa de jitomate. Antigua receta creada en el antiguo convento de monjas capuchinas en Guadalajara. ¡Ah, como es rico recordar un platillo que te deleita y al regresar a comerlo compruebas que el sabor sigue siendo el mismo y no te defrauda! Esos son los buenos restaurantes, los que mantienen por años la calidad de sus platillos y por si fuera poco también procuran incluir novedades gastronómicas en la carta de excelente calidad. Este es el caso de un tamal de lomo de salmón con hoja de aguacate o un guajolote cocido con ceniza y demás virtudes que no tuve tiempo de probar. Además de la sopa, pedí Chamorro picado para tacos, que comí agradecidísima. ¿Quién dijo enfermo que come y mea, el diablo que se lo crea? Si estoy malita, pero mañosa y venturosamente mi apetito continúa.
Restaurante Nicos
Cuitláhuac 3102
Col. Clavería
53 96 70 90
Yo creo que desde que existía esa fonda, también existía la otra fonda de Insurgentes, que antes estaba en la misma calle pero en diferente número. Siempre tuve la intención de conocerla y ver si existía relación con aquellos sabores de la "otra fonda" Así que el día del padre instalada en la nostalgia de revivir mis recuerdos, convoqué a mi familia para que fuéramos a comer ahí. El lugar lucía un poco descuidado desde la entrada. Al llegar, el ambiente y el trato de los meseros no me gustó y la carta me pareció decepcionante. Algo pasa que de antemano presiento que el lugar no es bueno, será el menú, el movimiento de los meseros, los platillos de la mesa de al lado, la mantelería, los cubiertos. Propuse que nos levantáramos y nos fuéramos, sólo obtuve malas caras y comentarios pésimos. – Siempre con lo mismo. Pues no, ya pedimos las bebidas, cómo no miraste la carta antes de entrar, ¡aguántate!
Así que regañada por mi marido y mi hija, pedí del precario menú que no me ilusionaba unas albóndigas al chipotle que costaban 85 pesos, sin arroz, sin nada en que detener la mirada, lo mismo hizo Xuliana. Se me hacía carísimo el platillo, pensé en cuantos menús podía comer en la Fonda de Lulú, atrás de mi casa, ella prepara unas albóndigas al chipotle excelentes, tal vez hasta cuatro órdenes me podría comprar con esa cantidad. Pues si ostenta el título de"Fonda" bien podría tener unos platillos menos caros. Lo que no podía creer es que el lugar estaba bastante lleno, numerosos grupos de familias viendo el futbol y comiendo una comida de dudosa preparación. Gonzalo pidió una orden de quesadillas, trajeron 2 de flor de calabaza y una de papa, grasosísimas, además de la infamia de hacerlas con harina de trigo y un poquito de maza de tortilla, el resultado fue bastante desagradable. Al llegar mis tres albóndigas pude ver que Lulú sigue siendo mi favorita, estaban saladísimas, además pedí un arroz con plátanos para acompañarlas y el arroz estaba grasoso, medio crudo y además batido. O sea que tienen la calidad de platillo chafa de fonda pero con precios de restaurante de lujo. Gonzalo pidió un pescado a la veracruzana que no estaba mal pero también estaba salado, Xuliana puso todo el arroz para aligerar lo salado en su plato y Mariana unas enchiladas verdes que dijo que estaban buenas. O sea que a mí, la más chocante, le tocó el peor platillo. Cuando llegaron a mostrarnos los postres esperaba al menos que hubieran buñuelos para bajarme el coraje, sólo había arroz con leche, peritas en dulce, flan, fruta fresca y huevos reales. Al llegar la cuenta me sorprendió ver que cobran quince pesos por cubierto, ¡ni siquiera nos dieron botana!, que es lo que acostumbran cuando te lo cobran. Al reclamarle al mesero dijo que era por el servicio de bolillos y mantequilla que me pusieron. Se me hicieron de lo más mezquino y poquitero las normas en esta pinche fonda. No cabe duda que el mal gusto va en aumento, ¿cómo puede estar un lugar tan lleno, con meseros que fastidian con su rapidez para quitarte los platos cuando todavía estas comiendo, y con precios bastante inflados? Claro que le reclamé al mesero y me quejé de lo salado. Las ganas no me faltaron de ponerme a la altura y pedirle que me devolviera mis bolillos con mantequilla que se llevó y ya había pagado. Pero era día del padre, así que relax. Por lo pronto nunca vuelvo a la Antigua Fonda Santa Anita ni por equivocación.
Antigua Fonda Santa Anita
Insurgentes Sur 1038
No vayan
Todo eso me hizo pensar que más se puede comer en otros lugares con 85 pesos. Un menú para una persona en el restaurante chino Luaú en la calle de Niza en la Zonaja. El menú incluye, sopita wang tong, arroz frito con cerdo y res, un camarón capeado, un rollo de carne con aceite de ajonjolí, chop suey con pollo (que si no te gusta como a mí te lo cambian por diez pesos por puerco agridulce), una galleta y una jarra de té.
Qué diferencia, en el trato, el lugar y el menú. La atmósfera del lugar es ya clásica y podría decir que ha perdido un poco su candor, pero los platillos siguen siendo buenos. Por cuarenta pesos puedes pedir unos tacos de pato que sirven para abrir boca.
Luaú
Niza 38
Colonia Juárez
55 25 74 74
¿Qué más te compras con ochenta y cinco pesos?
Una birria calientita y sustanciosa con tres tepaches de guayaba, que caen re-bien después de estar hasta el gorro de estar enferma y un poquito deprimida... Ahhh, es que con esa birria te reconcilias con la vida. Es la mejor receta para levantar muertos en vida.
También hay pozole por cincuenta pesos, o la orden de tres tacos de birria que cuestan cuarenta y cinco pesos.
El lugar sólo abre de 6 pm a 1 am, todos los días.
Lo único malo es que no hay cervezas, pero te puedes poner una borrachera de tepaches.
Tecalitlán “La mejor birria de México”
Nogal 12, a una cuadra del circuito interior Melchor Ocampo, casi Ribera de San Cosme
Col. Santa María la Ribera.
55 92 71 48
Esa fue la frase que alcancé a decir cuando entré en la famosa y polémica Mega Biblioteca José Vasconcelos.
Es enoooormeee. Desde un principio yo si estuve de acuerdo en que se construyera una biblioteca en esos terrenos inútiles. Es que ¡Carájo! ¿Sólo si estuviera ubicada en el sur de la ciudad iba a valer la pena? No hay ninguna biblioteca por el norte de mediana característica. Lo más cercano era la Ciudadela. No tenemos centros culturales, todo está en el sur, y ahora que la construyeron sólo fueron quejas, porque era el proyecto más grande de cultura del gobierno de Vicente Fox y su compinche la señora Sara Bermúdes. Qué Fox no lee, que es inculto, pues sí, yo no lo parí, ni voté por él. Pero ¿por qué no iba a construir una biblioteca? Tal vez por esas carencias culturales se quiso lavar la cara construyendo esta biblioteca.
-Ashh, es que en la colonia Guerrero, ¿quién va a ir? ¿a quién va a beneficiar esa biblioteca?
A mí señores y toda la bola de vecinos norteños que la vemos con gusto. Por lo pronto el día que fui con mi hija Mariana, se encontró a dos amigas que dicen que todos los jueves se la viven ahí, contentas y entretenidas en sus tareas. No todos tienen la oportunidad de estar inscritos en la UNAM o escuelitas de paga con buenas bibliotecas.
Subí por los laberintos de estantería colgantes donde tienen los libros, son siete niveles y es realmente impresionante, tuve deseos suicidas al caminar por los pasillos y mirar hacia abajo, parecía que estaba en un escenario de película de ficción. Por lo pronto todos los libros son nuevos.
Tienen alrededor de 750 computadoras con internet gratuito, una sala de literatura infantil y juvenil, salas de lectura al aire libre, una audioteca que ya me urge visitar, tres pianos para que practique quien no tiene en casa, tres guitarras. Y lo mejor: préstamo a domicilio. Hay una librería bastante grande, que tampoco había en el norte de la ciudad.
El anunciado jardín botánico todavía no está terminado, sólo espero que no me decepcione cuando lo visite.
Lo que si necesita es mayor vigilancia, los libros a pesar de todos los censores deben estar mejor vigilados, revisar las mochilas y no permitir comer adentro, vi a una niña que entró con una paletita de dulce.
Así que señores y señoras, jóvenes y niños, no todo es Cuautitlan pasando Insurgentes y Reforma. También en el norte nos interesa la cultura, que ¡caray!
Cocer a diferentes fuegos no es muy fácil en esta ciudad. Yo pocas veces cocino al carbón y en leña es imposible. Pero mi amiga Rocío en plena colonia Condesa cocina mole de olla a la leña.
Recorre toda la avenida Mazatlán y luego se regresa por Tamaulipas, recogiendo cuanta rama, vara, y hoja seca de palmera encuentra para llegar a su casa y prender su chimenea.
Ahí en la chimenea mi amiga La Ecoloca enciende su fuego con su “leña de ciudad” y pone en su ollita piezas de carne con tuétano para que salga bien espesito el caldo. El resultado es un sabor estupendo, una carne cocinada a fuego lento, mmhh. También me confesó que pone su olla de frijoles toda la noche. ¡Increíble, pero cierto!