Esa fue la frase que alcancé a decir cuando entré en la famosa y polémica Mega Biblioteca José Vasconcelos.
Es enoooormeee. Desde un principio yo si estuve de acuerdo en que se construyera una biblioteca en esos terrenos inútiles. Es que ¡Carájo! ¿Sólo si estuviera ubicada en el sur de la ciudad iba a valer la pena? No hay ninguna biblioteca por el norte de mediana característica. Lo más cercano era la Ciudadela. No tenemos centros culturales, todo está en el sur, y ahora que la construyeron sólo fueron quejas, porque era el proyecto más grande de cultura del gobierno de Vicente Fox y su compinche la señora Sara Bermúdes. Qué Fox no lee, que es inculto, pues sí, yo no lo parí, ni voté por él. Pero ¿por qué no iba a construir una biblioteca? Tal vez por esas carencias culturales se quiso lavar la cara construyendo esta biblioteca.
-Ashh, es que en la colonia Guerrero, ¿quién va a ir? ¿a quién va a beneficiar esa biblioteca?
A mí señores y toda la bola de vecinos norteños que la vemos con gusto. Por lo pronto el día que fui con mi hija Mariana, se encontró a dos amigas que dicen que todos los jueves se la viven ahí, contentas y entretenidas en sus tareas. No todos tienen la oportunidad de estar inscritos en la UNAM o escuelitas de paga con buenas bibliotecas.
Subí por los laberintos de estantería colgantes donde tienen los libros, son siete niveles y es realmente impresionante, tuve deseos suicidas al caminar por los pasillos y mirar hacia abajo, parecía que estaba en un escenario de película de ficción. Por lo pronto todos los libros son nuevos.
Tienen alrededor de 750 computadoras con internet gratuito, una sala de literatura infantil y juvenil, salas de lectura al aire libre, una audioteca que ya me urge visitar, tres pianos para que practique quien no tiene en casa, tres guitarras. Y lo mejor: préstamo a domicilio. Hay una librería bastante grande, que tampoco había en el norte de la ciudad.
El anunciado jardín botánico todavía no está terminado, sólo espero que no me decepcione cuando lo visite.
Lo que si necesita es mayor vigilancia, los libros a pesar de todos los censores deben estar mejor vigilados, revisar las mochilas y no permitir comer adentro, vi a una niña que entró con una paletita de dulce.
Así que señores y señoras, jóvenes y niños, no todo es Cuautitlan pasando Insurgentes y Reforma. También en el norte nos interesa la cultura, que ¡caray!
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