Hace tiempo en los Portales de Veracruz, platicando con la negra Graciana, muy generosa me decía: “¿Le gusta a usted cocinar también? Vénganse para la casa, llenamos la casa de verduras y compramos carne, ahí tiene a su disposición mi cocina y hay para escoger con que desea cocerla, si con leña, si con carbón o gas. También tengo un horno de leña y si quiere puede hacer pan. En el carbón nos guisamos unos camarones y verán que rico saben”. Lo extraordinario de esto era la variedad de fuegos que me ofrecía y sobre todo el resultado que da cocinar en cada uno de ellos.
Cocer a diferentes fuegos no es muy fácil en esta ciudad. Yo pocas veces cocino al carbón y en leña es imposible. Pero mi amiga Rocío en plena colonia Condesa cocina mole de olla a la leña.
Recorre toda la avenida Mazatlán y luego se regresa por Tamaulipas, recogiendo cuanta rama, vara, y hoja seca de palmera encuentra para llegar a su casa y prender su chimenea.
Ahí en la chimenea mi amiga La Ecoloca enciende su fuego con su “leña de ciudad” y pone en su ollita piezas de carne con tuétano para que salga bien espesito el caldo. El resultado es un sabor estupendo, una carne cocinada a fuego lento, mmhh. También me confesó que pone su olla de frijoles toda la noche. ¡Increíble, pero cierto!
1 comentario:
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