1 Desde que empezaron las lluvias ha habido un concierto de ranas nocturno todos los días. Mis ranitas no cantan, el sonido que emiten es un silbido tenue, como una sílaba corta, un monosílabo, pero siempre hay otra u otras que le contestan, fiu. El sonido que emiten no queda sin responder, siempre tienen un interlocutor en la distancia, fiu. No puede ser un eco, es otra que responde, fiu. Un concierto nocturno muy discreto, sutil, lleno de nostalgia y con su matiz de trópico. Normalmente son dos, pero siempre hay un tercero que le coquetea, tal vez desde otra casa. No sé si será el canto del apareamiento, o si lo que intentan es comunicarse, tal vez para saber por dónde hay más mosquitos para comer o platicar sobre los sueños que tuvieron de día, no sé. ¿Acaso las ranas no sueñan? ¿A dónde se van cuándo viene la época de secas? Seguro que a soñar debajo de la tierra.
2 La otra noche tomando tequilas con mi vecino de los gallos, le mostré una que se metió al pasillo. Son tan tranquilas que hasta se dejaron fotografiar en la palma de su mano. Él no las conocía y nunca las había visto. Claro, en su casa no hay porque los gallos y las gallinas se las comen si las ven. ¿Para que quiero un gato o un perro si tengo estas mascotas melancólicas que me silban en las noches? No sé si son ranas, una persona vio en esta foto ampliada y luego luego dijo que eran sapos, ¿por qué?, ¿sólo porque no tienen la piel lisa? Siempre juzgamos de acuerdo a la apariencia. Una rana con verrugas es sapo, un sapo liso es rana. ¿Pero qué tal si es un sapo disfrazado de rana?
3 Vivir aquí ha sido toda una experiencia, he conocido muchos insectos extraños que jamás había visto, cada uno más raro que otro y en esta época de lluvias se alborotan más. De un día para otro salen gusaneras tremendas colgadas de las hojas de las plantas, orugas gordas y bien criadas como si fueran reses, alimentándose de mis indefensos maracuyás. En estos momentos que escribo estas líneas están volando diferentes tipos de bichos encima de la lámpara y caen atontados sobre el teclado de mi computadora.
4 El trópico sigue su curso dentro de mi cocina. Vino mi hermana y le preparé una de las poquísimas recetas que nos gustaban de mi madre. Así es, a mi madre nunca le gustó cocinar, ni fue buena cocinera. Pero estos platanitos rellenos los aprendió a hacer muy bien y yo también. Ella los rellenaba de picadillo que es la manera tradicional de hacerlos. Yo los relleno siempre de verduras, sólo esta vez hice dos rellenos: uno con frijol y queso (del queso de cincho que venden aquí) y otros los hice con relleno de verduras. Claro, el más rico siempre es el de verdura.
Mogomogo
Mi mamá los llamaba plátanos rellenos. Mi papá le dijo una vez que su nombre era Mogomogo. Así suena como africano (nuestra tercera raíz), el nombre es más alegre y juguetón. Estos plátanos rellenos ella los comenzó a hacer primero en forma de croquetas, pero una vez, un amigo muy cercano a la familia cuando mi mamá los hacía le dijo que en Villahermosa, Tabasco, (de dónde era él) los hacían en forma de plátanos. Así que los mogomogo de mi mamá desde ese día le quedaron más bonitos que nunca al hacerlos así. La receta es muy sencilla, lo difícil es darles la forma y freírlos. Yo he comido tortitas de plátano en muchos lugares, pero no les dan esta forma y siempre le agregan harina y a veces hasta huevo. Esos ingredientes hacen que su sabor cambie considerablemente. Son más sabrosos hechos solamente con plátano como éstos.
Masa de plátano
1 kilo de plátanos machos maduros
Los plátanos se ponen a cocer con todo y cáscara en un recipiente con agua. Yo los dejo hasta que se revientan. Se escurren perfectamente y se pelan. Hay que hacer esto caliente. Se procede a triturarlos con un aplastador hasta hacerlos puré. Se debe tener en cuenta que el relleno esté listo antes de poner a cocer los plátanos porque se deben rellenar calientes. Una o dos cucharadas de la masa del plátano se colocan sobre un plástico, se extiende como tortilla, sin que queden muy delgadas ni muy gruesas, encima de esto se coloca el relleno que deberá estar seco, sin líquidos para evitar reblandecer la masa del mogomogo. Se le da forma redonda y alargada como un plátano y se coloca en un sartén con aceite a que doren por todos los lados. Se dejan escurrir sobre papel absorbente y se sirve con arroz o verduras.
Relleno de verdura
1 chayote (papa de agua) pelado y picado en trocitos
3 tazas de col picada
Un manojo de perejil
2 zanahorias picadas
1 pimiento rojo
1 poro picado
1 diente de ajo
Sal
Pimienta
Se frie en una cuchara de aceite el ajo y el poro a que acitronen junto con el pimiento. Después las demás verduras, se agrega la sal y la pimienta al gusto. Pueden ser estas verduras o cualquier otra que se tenga a la mano, el chiste es hacer un picadillo de verduras.
Relleno de frijol
1 taza de frijoles refritos
queso añejo
aceite para freir
20 comentarios:
Yo siempre dije que el platano macho a mi no me gustaba y nunca me atrevía a probarlos. No fue hasta hace unas semanas que estuve en Tepic donde probé platanos machos dorados y bañados con cajeta que me anime a probarlos y cual va siendo mi sorpresa, me gustaron! Tu receta se ve muy rica y con estos sabores saladitos tal vez me anime a comer platano macho otra vez.
Que bonita rana, tanto la ranita como la receta con platano macho me recordaron a Puerto Rico, un lugar donde abunda el coquí, una rana muy pequeña, y se come mucho plátano macho.
Un beso
¡Qué bonito post, Car!
Que tu vecino se lave la mano antes de la foto... ¿qué número fue es ese que tiene en la mano, un isbn?
Yo también creo que tus ranas son más bien sapos, pero si para ti son ranas, son tus ranas y ya.
¡Qué antojo esas gorditas de plátano fritas!. Acá nomás en sueños. No tengas perros, tampoco gatos, quédate con los bichos y ya.
Un besazo y sigue aprendiendo de tu trópico : ))
Mi Carmen!!!, te cuento que yo vivo en el campo y la verdad es que aún no me hice muy amiga de la cantidad de insectos que viven con nosotros..en especial de los saltamontes (vuestros chapulines) es algo que no controlo en absoluto..tengo tremendo asco!:(
pero estas ranitas, que no sapos!, me parecen preciosas y más despues de leerte el post tan bonito!!
tus platanos son maravillosos y como adoro vuestra cocina me los guardo para hacer algún dia...tal vez tenga que variar algo..por no encontrarlo, pero los hare sin duda!!!
y tu cuidate mucho y no cambies!!!
besos de tu amiga Española y platicona!!!_:)
Ah, pero qué delicia esta receta, hace tanto que no como un buen plátano macho.
Tu entrada "tropical" es hermosa, Carmen.
Abrazos desde la añoranza del trópico
Gracias Carmen por tus comentarios, ahora vine yo a visitarte y que sorpresa!! Si es un sapo, pero que pequeño es! Me acordaste a mi cuando vine a vivir a este país, en esta zona rural. Cuantos insectos descubre uno, jejeje. El mogomogo se ve exquisito, que suerte tiene tu hermana :)
abrazos
Que rica receta Carmen. Aqui en casa siempre hay platanos Machos. Ya sea que se los ponga a la sopa, los haga en tortitas, fritos, al horno o crudos.
Recuerdo que cuando estaba en la primaria me gustaba comerlos tan pronto maduraran un poco. Mi madre me amonestaba porque me decia que me daria dolor de estomago comerlos crudo. :) Que me acuerde nunca me han dado dolor de estomago y aun los como crudos de ves en cuando.
Me hiciste recordar a Tabasco con esta entrada tan tropical.
Como dijo Pellicer: Tabasco, espejo roto sobre manto verde. Todo es verde y bello, lleno de platanares y plantas de cacao.
Gracias por la receta y los recuerdos,
Un abrazo,
Mely
No lo vas a creer pero quiero hacerlos desde hace mucho los rellenos d frijol :D tengo antojo .
Yo extraño las ranas... antes en Zamora había miles y en el rancho también ahora ya casi ni las escucho :(, las extraño...
Date una vuelta por mi blog , tengo una sorpresa
Saludos
Yo me quedo con los rellenos de frijol y queso, esto es una maravilla de receta, sencilla, pero como bien dices, habrá que darse maña para que tomen la forma de platanos, te han quedado tan lindos.
Me fascinaron tus ranitas, que sean sapos o ranas, no importa, nosotros los humanos siempre buscando la forma de separar hasta en los nombre, divinas divinas, suerte no son venenosas, que las chiquitas suelen serlo, pero más bien las de colores. Besitos
Cuando te leo me transporto. Justo estaba sentado observando tu lámpara cargado de insectos voladores y sorprendido de apreciar los gusanos gordos en las hojas de tus siembros. Tienes la magia de escribir y transmitir con tal claridad que uno se siente personaje de la historia.
Tienes toda razón en asuntos de ranas, imagino tendrán sus propios códigos de comunicación..fiu.
Me acuso pecador de añadir harina y huevo a nuestras tortas y empanadas de plátano maduro (machos) que nosotros las hacemos para acompañar el café, rellenas de queso o frijol y hasta bendecidas con lluvia de azúcar y canela como si fuera un postre. Intentaré probar las forma sencilla y buena presentación como lo expones. Pura vida!
Prieta nunca es tarde para educar el paladar. Pruébalos son muy ricos.
Diana, seguro que se las lavó, pero ya ves como es la tinta sobre la piel, y adivinaste a de ser un isbn, el vende libros. Los bichos los tengo permanentemente, jaja. Un beso.
Juana, mi querida española platicona, no entiendo eso de tanto horror hacia a un bicho, creo que no he llegado a esos límites, lo que me chocan son los moscos volando sobre de mí y comiéndome, en cuanto a los que salen sobre mis plantas esos no me horrorizan, me dan mucho coraje que ataquen a las pobres plantas estáticas e indefensas. Besos mi chula.
Claudia, yo te invito los plátanos y tu invitas las cervezas, así nos ponemos a tono. Un abrazote
Gracias Mari, y sí, mi hermana tiene suerte pero yo también, porque ella me consiente tambien. Un abrazo.
Mely que bello ese poema de "mi tio" Pellicer. Fíjate que yo también crecí con ese mito que el plátano macho daba dolor de estómago, nunca me ha dado y me encanta comerlo en las noches. Cuando era niña mi abuela compraba un plátano cada tercer día. Una mitad se la ponía a su jilguero y la otra me la daba a mí, pero ¿qué cres? yo iba a la jaula y se la quitaba al jilguero, era tanto mi gusto por él que lo dejaba sin comer su plátano. QUé pena. Besos.
Pamela, se bienvenida por estos lados. Los de verdurita de verdad son más ricos, bueno para mí, pero siempre hay otras alternativas. Recibe un saludo.
Luis, que me dices, si tú también trasportas con lo que escribes. Y sí, yo sé que tus tortitas de plátano les pones huevo y harina, no dudo que sepan buenas pero así sin nada son maravillosas.
Un abrazo
Nunca probé el plátano. Son todos sabores muy extraños para mí.
Recuerdo de niña ir al campo y que las ranas cantaban toda la noche sin parar!
Divina la tuya. Nunca vi una tan chiquita.
Cariños
Carmen...Vengo a tu blog y siempre me voy con una sonrisa!!! Me encantan tus relatos, tus fotos y tus platanos...Me gustaría disfrutar de tu companía y de esas simpáticas ranitas, por aquí también tengo muchos bichitos y sapos grandes que ya llegarán con el calor...Gracias por tus palabras en mi blog, son muy valiosas...Un beso grande!!!
Ay Carmen que deliciaa! a mi me fascina el plátano macho, y yo lo quiero hacer relleno de frijol con queso, esto cae porque si la proxima semana.
Las ranitas,jejej, me dan miedito, todos esos animalitos de sangre fria me dan repelús.. jeje
besitos
Si es rana o sapo,quien sabe lo importante es que esta hermosa o hermoso respectivamente y que maravilla que se haya dejado fotografiar.
Otra cosa en que coincidimos es que mi madre cocinaba tan poco en casa cuando niños, casi no recuerdo muchos platos que nos preparaba siempre estaba trabajando fuera de casa y ahora ya ni le gusta hacerlo creo, saludos con cariño amiga que pases lindo domingo.
Bello concierto el de las ranas Carmen. A mi me gusta mucho el plátano frito, pero últimamente lo meto al micro, un plátano maduro como 4 minutos y revienta como dices. Le pongo miel de colmena y mantequilla. Es una delicia!
Curioso que de madres que no les gusta cocinar, salieran tan buenas cocineras, como tu, Mely y Norma...
Yo creo que si, que las ranas sueñan, y los sapos, por supuesto, y sueñan que un día besan a un humano que se convertirá en un príncipe o princesa rana. Son sueños de amor que todas las especies, pero todas, todas, tienen.
Me has metido de lleno en tu casa, en tus orejas y en tu corazón, viviendo esos instantes.
Una vez en Huesca, en la montaña, salimos a dar un paseo y cerca de un riachuelo había millones de estas ranitas que muestras, si no eran iguales, se parecían muchísimo. Jamás había visto tantas juntas, había que andar con cuidado para no pisar ninguna. Un espectáculo saltarín.
Tu receta se ve riquísima, nunca he probado algo así y ya me gustaría, ya.
¿Alguna vez vendrás a España chiquita?
Un beso grande
Carmennnnnnnn!!! me quedo con el nombre de plátanos rellenos!! jeje!!que buena idea y que buenísima pinta que tienen!!! superioresss!!!
Graciñas por tu comentario en el blog de las salsas amiga!!!!
Un besiño!! Tito el salseiro!! :))
Acabo de descubrir tu blog y es maravilloso!!! De sólo ver las fotos y leer las recetas se me hace agua la boca :D
Carmen,
El plátano me fascina en todas sus formas...
Esta receta era totalmente desconocida para mi!!!
Me la copio, con tu permiso, porque tengo que ponerla en práctica cuanto antes!!!
Besos,
IDania
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