"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

martes, julio 20, 2010

Sobre el maíz y la milpa

En el mes del mayo, por este medio los había invitado a que acudieran a la exposición de La Milpa, en Ciudad Universitaria, fue una muestra cuyo fin era concientizar sobre la importancia de proteger la diversidad biológica que existe en los cultivos. Porque hablar de milpa no es sólo cultivar maíz, en ella crecen variedad de plantas. En la milpa se albergan varios cultivos de origen mesoamericano como el maíz, el frijol y la calabaza. Y en cada cultura la milpa se maneja de acuerdo a su entorno ecológico y cultural enriqueciéndose con otras siembras como los quelites, chiles, amaranto. La milpa fue una propuesta civilizatoria de la Mesoamérica prehispanica.



Fue una feria de exposición de semillas, principalmente de maíz con expositores de diversas comunidades indígenas. Nunca había visto mazorcas tan grandes ni tan hermosas. Había unas que especialmente provocaban un efecto óptico como si fueran talladas en madera.  Como éstas de acá abajo, provenientes del estado de Jalico.



Era curioso mirar algunas mazorcas con los granos más cristalinos que otras, debido a la cantidad de almidones. Aprendí que mientras más cristalinos tienen menos almidón y son semillas mucho más antiguas genéticamente. 

Quedé convencida lo importante es proteger la amplia variedad de semillas de maíz que existe en el país ante los cultivos industrializados. El maíz es parte fundamental para la soberanía alimentaria y el bienestar de México y otros países

Aquí hay varias semillas de maíz cacahuazintle, esperando ser cocidas para un buen pozole o ser sembradas para luego preparar ensoñaciones gastronómicas bien locas.


El maíz es una planta humana, cultural en el sentido más profundo del término, porque no existe sin la intervención inteligente y oportuna de la mano humana; no es capaz de reproducirse por sí misma. Más que domesticada, la planta de maíz fue creada por el trabajo humano


Al cultivar el maíz, el hombre también se cultivó. Las grandes civilizaciones del pasado y la vida misma de millones de mexicanos de hoy, tienen como raíz y fundamento al generoso maíz. Ha sido un eje fundamental para la creatividad cultural de cientos de generaciones; exigió el desarrollo y el perfeccionamiento continuo de innumerables técnicas para cultivarlo; condujo al surgimiento de una cosmogonía y de creencias y prácticas religiosas que hacen del maíz una planta sagrada; permitió la elaboración de un arte culinario de sorprendente riqueza; marcó el sentido del tiempo y ordenó el espacio en función de sus propios ritmos y requerimientos; dio motivo para las más variadas formas de expresión estética; y se convirtió en la referencia necesaria para entender formas de organización social, maneras de pensamiento y conocimiento y estilos de vida de las amplias capas populares de México. Por eso, en verdad, el maíz es el fundamento de la cultura popular mexicana.


Guillermo Bonfil Batalla

jueves, julio 15, 2010

Los sueños raros que sueño despierta

Me pidió que a partir del lunes recordara lo que había soñado y que luego lo escribiera. Imposible, no me acuerdo de nada. Sin embargo estoy despierta y siento que estoy soñando, a menos que escriba lo que sueño despierta y eso sea lo mismo. Supongo que no, no obstante esa sensación que estoy viviendo me provoca un contentamiento interior algo raro, mi estado de vigilia es agradable y un tanto cuanto melancólico.

Pero me siento torpe y hago tonterías. Y parece que fue un mal intento en buscar una reconciliación familiar que ha estado a la intemperie llenándose de óxido y vilezas desde hace tiempo. La sinapsis de mis neuronas están paralíticas desde hace tiempo, fue así que no logré tener argumentos sólidos y de defensa ante ella. Se me olvidan las cosas, no mantengo a pie juntillas todo el pasado, las fechas, las referencias, mi ruido interior es superior a mi raciocinio. Nunca podré ganarle a una abogada que sabe de manera extraordinaria enaltecer sus ofensas. Aquí no ha pasado nada y vuelta de página todo fue un mal sueño.

¿Cómo voy a escribir lo que sueño dormida si no sé si estoy despierta-durmiendo?

Y despierta-durmiendo la riego en muchos casos, aún así elaboro platillos extraños, uno sobre de otro, como los sueños locos y cada ingrediente cuenta su propia historia individual, vean sí no:
Elotes, Chile poblano, Jamón, Queso, Camarón.

Entonces sueño que hago una masa con tres elotes cacahuatzintles, le pongo sal al gusto y 50gr. de mantequilla, pero esto se tiene que moler en la licuadora, soñar no basta.

Luego con las hojas que le quité al elote las usaré para envolver esa masita como si fuera un tamal, es así que pongo un chile poblano asado y pelado previamente, le pongo una rebanada de jamón y como hoy estoy en plan engordador hasta una rebanada de queso, pero los sueños que sueño estando despierta son excesivos, es por eso que para rematar agrego un camarón crudo sin las tripas, un poco de sal y lo sazono extendiéndole una pasta de ajo asado. Cierro las hojas de elote, y lo pongo a cocer al vapor por 25 minutos. ¿Qué nombre lleva el platillo? el que ustedes gusten.

Mientras yo soñaré que despierto y escribo lo que soñé, o ¿cómo me dijo?

jueves, julio 08, 2010

Antropomorfismo vegetal




Otros ombligos, me dicen que son duraznos paraguayos, vienen cantando este verano
derrochando un exquisto perfume.



domingo, julio 04, 2010

Carmen está dedicada a los ritos onfálicos

1. Voy por la vida buscando atribuciones humanas a los alimentos, en cada vegetal  aparecen bien marcados los rasgos del centro de su origen, su pertenencia a la naturaleza femenina de la tierra. Nos delatan que no son objetos perfectos,  tienen mácula o cicatriz. Siempre está ahí la huella de la matriz donde se nutrió, de donde obtuvo la energía para crecer.

El ombligo: ese centro desde el cual es alimentado el ser humano antes de salir del vientre materno, el ombligo: que nos demuestra gratamente que no somos hijos de Adán y Eva, que no somos extraterrestres ni seres de generación espontánea. Cicatriz que demuestra que estamos anclados a la tierra, al tallo prenatal.
2. Al significado de la palabra México, le han dado más de veinte etimologías, entre ellas la más conocida es: metztli (luna), xictli (ombligo) y co (lugar) o sea que México significa: en el ombligo de la luna. Y aunque estemos lejos nuestros vínculos siguen ese centro, en la patria, que por alguna razón se proyecta en una imagen femenina.
Al xitomatl, el jitomate de ombligo, los mexicanos lo llamamos por su nombre original y es la manera de diferenciarlo de tomate verde de cáscara. Pero, no hay que dejarse vencer por la desmemoria; las plantas del continente americano como la papa, el chile y el jitomate no fueron bien recibidas en Europa, éstas fueron objeto de gran desconfianza por pertenecer a la familia de las solanáceas. Los europeos ya conocían algunos miembros venenosos y alucinógenos de este tipo de plantas. Cayó la “maldición de la dulcamara” antes de ser aceptadas en las dietas europeas. Muchas plantas comestibles americanas sirvieron mejor como plantas de ornato antes de ser llevadas a la mesa. Fue así lo que sucedió con los jitomates mexicanos. Cito a Janet Long en su libro Conquista y Comida: “Hay que reconocer que el jitomate grande, de color rojo vivo, liso y jugoso que conocemos hoy en día, tiene poco que ver con el fruto pálido, de sabor ácido y olor desagradable que llegó a Europa inicialmente. Los primeros grabados del herbario de Pietro Andrea Matrioli muestran un fruto pequeño, arrugado, duro y poco apetecible. Debemos el mejoramiento del jitomate a las cuidadosas manos de los jardineros italianos”.
La aceptación de las plantas tiene que ver de acuerdo a la necesidad del hambre que tenga el pueblo. Se burlan de mí porque como infinidad de insectos y flores cuando debería ser ya una manera más accesible para alimentarse en un futuro.


3. En 1529 en un recetario de cocina ya se muestra la salsa de jitomate. Pero la combinación proverbial, hoy casi incuestionable, de la pasta y la salsa de jitomate ya era popular en Nápoles en la segunda mitad del siglo XVIII.

En la provincia de Buñol, España, a treinta kilómetros de Valencia el último miércoles de agosto se escenifica una batalla campal de jitomates usados como proyectiles. Allá vuelan y se estrellan los rojos ombigos vegetales contra otros ombligos humanos. Elaboran la más grande salsa de jitomate aderezada con sudores humanos y cocinada al calor del asfalto.

4. Me gusta picar ombligos, pero respeto a las personas pues no es algo muy grato para algunas, sin embargo en una masa fermentada de pan ésta lo apetece, es tan gracioso oir como suelta una tímida y sutil risita al ponchar la altura de su panza.

Pero ahora...
Muéstreme su ombligo señor, muéstreme ese cuenco profundo, pequeño recipiente donde bebo el xoma de  pasión, el orificio en donde reposa la canica de mis pensamientos que ruedan por su cuerpo, el florero improvisado que humedezco con mi lengua para provocar su risa.