Hay veces en que esto de escribir en el blog me causa alegría, con una risa franca y detenida por satisfacción.
Otras veces este laboratorio químico de emociones y razonamientos que es mi cuerpo femenino, me incita a externar mis pesares y como siempre los entremezclo con una pasión por los alimentos y así de pronto se ven aquí desfilar uno a uno los acontecimientos que me pasan en esta vida.
En muchas otras, creo que lo que digo está lleno de tanta intrascendencia que mejor conviene quedarse callada, cerrar este sitio, decir: adios, gracias por la visita pero esto se acabó, fin, me voy de fedayin al exterminio de perros. Sin embargo, sucede que de la nada, un tiempo después, me entra el cosquilleo de externar algo y vuelvo, y sí, por supuesto, ésto sigue emparentado con la intrascendencia y la frivolidad si se quiere ver así. Esto de los blogs siempre ha sido algo que cada quién escribe por gusto.
Este sitio empezó como una bitácora personal, el eje que unía cada entrada estaba siempre presente con los alimentos. Pero fin de cuentas siempre me seducían los blog con gente que generosamente publicaba sus recetas, y sucedió que con la entrada del twiter los blogs de bitácoras personales que me gustaba visitar fueron callándose poco a poco hasta desaparecer; entonces me vi visitando blogs culinarios y ante tanta cantidad de recetas y recomendaciones me sentía en deuda. Así que yo también quería retribuir y compartir mis recetas. Ofreciendo mis experiencias en esto que no es más que una manera válida y honesta de mantener una cultura culinaria y conservar las tradiciones en algo tan sencillo y esencial que es comer.
Alrededor de la mesa se habla, se quiere, se discute, se ama, se intercambian ideas y opiniones, sueños, frustraciones, penas y alegrías. La comida ES nuestra vida. Y este blog que comparto y abro para ustedes es eso, mi visión personal de entender e interpretar el mundo.
Este blog cumple satisfactoriamente cuatro años de vida. Agradezco como es costumbre a toda gente que me ha iluminado con su presencia y con sus palabras, con su compañía y sus recetas, con sus silencios, con su mirada y con sus comentarios.
Gracias.
Otras veces este laboratorio químico de emociones y razonamientos que es mi cuerpo femenino, me incita a externar mis pesares y como siempre los entremezclo con una pasión por los alimentos y así de pronto se ven aquí desfilar uno a uno los acontecimientos que me pasan en esta vida.
En muchas otras, creo que lo que digo está lleno de tanta intrascendencia que mejor conviene quedarse callada, cerrar este sitio, decir: adios, gracias por la visita pero esto se acabó, fin, me voy de fedayin al exterminio de perros. Sin embargo, sucede que de la nada, un tiempo después, me entra el cosquilleo de externar algo y vuelvo, y sí, por supuesto, ésto sigue emparentado con la intrascendencia y la frivolidad si se quiere ver así. Esto de los blogs siempre ha sido algo que cada quién escribe por gusto.
Este sitio empezó como una bitácora personal, el eje que unía cada entrada estaba siempre presente con los alimentos. Pero fin de cuentas siempre me seducían los blog con gente que generosamente publicaba sus recetas, y sucedió que con la entrada del twiter los blogs de bitácoras personales que me gustaba visitar fueron callándose poco a poco hasta desaparecer; entonces me vi visitando blogs culinarios y ante tanta cantidad de recetas y recomendaciones me sentía en deuda. Así que yo también quería retribuir y compartir mis recetas. Ofreciendo mis experiencias en esto que no es más que una manera válida y honesta de mantener una cultura culinaria y conservar las tradiciones en algo tan sencillo y esencial que es comer.
Alrededor de la mesa se habla, se quiere, se discute, se ama, se intercambian ideas y opiniones, sueños, frustraciones, penas y alegrías. La comida ES nuestra vida. Y este blog que comparto y abro para ustedes es eso, mi visión personal de entender e interpretar el mundo.
Este blog cumple satisfactoriamente cuatro años de vida. Agradezco como es costumbre a toda gente que me ha iluminado con su presencia y con sus palabras, con su compañía y sus recetas, con sus silencios, con su mirada y con sus comentarios.
Gracias.
17 comentarios:
A pesar que me encuentro en esos momentos que describes, en que es mejor quedarse callada por un tiempo y esperar a que la inspiración retorne, siempre estoy por aquí leyendo a quienes se merece leer como es tu blog Carmen.
Desde que te conocí sentí que tu blog tenía mucho más que aportar que simples recetas, tu perspectiva sobre ese todo que describes es muy valioso y eso le otorga a tu trabajo un plus que no todos los blogs aportan.
Me complace poder felicitarte por este cumple blog y poder desearte que ojalá cumplas muchos muchos más compartiendo con nosotros no solamente recetas sino todas las emociones que transmites en cada una de ellas.
Te envío un beso enorme y un abrazo aun mayor!
Tu blog se ha convertido en un lugar al que siempre regreso y que me mantiene conectada a esa parte de México que es la que mas permanece, la comida.
Los olores, los colores, los aromas y el amor con que se preparan estas comidas, todo eso puedo experimentar cuando leo tus posts y no sólo en sentido figurado.
Me felicito por ser parte de tus lectores.Gracias por seguir la labor, descansa cuando quieras, que siempre regresaré.
qué los aromas y los olores no son lo mismo? ah que bruta!
Carmencita tu blog es especial, no sólo nos aportas recetas. Se nota el corazón que le pones a lo que haces. En este caso en tu blog sentimos en tus letras, en tus recetas y pensamientos mucho corazón y sentimiento. Por eso te seguimos y te tomamos cariño. Hablo por mi, fiel seguidora de tu blog. Desde que lo conocí me quedé.
Es normal querer cerrarlo de vez en cuando, creo que es un deseo que todo bloguero tiene en algún momento. Pero después te viene el mono de escribir. Y otra vez por aquí, pensando en esta receta, esta foto para el blog.
Felicidades y gracias por estos años de complicidad,por compartir.
Paisana un abrazo fuerte desde este mi cachito de SAntiago, sin llover pero casi.
alinita
p.d. las conchitas se me qeudaron atoradas ejejej algún día me saldrán ejejej
adelante con tu blog, por cuatro, doce, o mil años mas, sigue asi, no cambies, besitos desde londres
Hola Carmen:
Me gustó mucho lo que escribiste.
Difiero en un punto.
Y es que pienso que si al compartir tus ideas y percepciones nos haces disfrutar, en forma sana y propositiva de lo que es la vida, difícilmente se puede hablar de intrascendencia o frivolidad. En estos tiempos tu bien sabes que lograr que alguien sonría o piense en cosas agradables no es cualquier cosa. Lograrlo nos ayuda a liberar endorfinas, que son la "comida" interna que nos ayuda a pensar y buscar un futuro mejor.
Por otro lado, y en relación a lo que escribiste antes sobre la "infidelidad gastronómica" ya no alcancé a escribir nada, pero ahora dame chance:
- Creo que entre los mexicanos es una idea generalizada que la "mugre" es parte importante de la sazón de la comida callejera. Pienso que en ocasiones desgraciadamente es cierto, en otras a la mejor es que, por ejemplo, no estamos comiendo birria de chivo, sino de perro. Obviamente eso nos daría ese otro "sabor" que no se "captura" en casa.
- Por otro lado, una nutrióloga me dijo una vez que en nuestra lengua el mayor número de papilas gustativas son las que perciben la grasa, de ahí nuestro gusto por ellas (me parece que hay buenos motivos evolutivos para ello). Creo que coincidirás que si en algo se distingue CUALQUIER puesto callejero mexicano, es en el uso generoso y displicente de la grasa. Es además grasa que se reutiliza casi hasta su combustión, eso elimina los elementos sanos, dejando los más "sabrosos".
Ciertamente eso es difícil de replicar en casa, quizás nomás alguien que cocine para una familia muy numerosa, o en las bodas de pueblo.
- Lo del esquite puede que, además de la mugre. sea la mezcla del esquite que "quedó" del día anterior con el "nuevo". Eso generaría una mezcla de diferentes estados de fermentación-putrefacción que darían ese sabor particular. Por ello es muy posible que lo de los microbios que mencionas, en forma directa o indirecta, sea un factor fundamental en ese sabor. Lo malo es que si hacemos un estudio del contenido de coliformes fecales en un esquite callejero, creo que incluso los de estómago estoico e irresponsable dejarían de comerlos, con la consiguiente pérdida de empleos (obviamente a lo anterior, y como fuente de sabor vital, se suma eso del trapo cochino).
- Lo de las salsas es fundamental. Me parece que los factores anteriores también intervienen en eso.
Creo que podría seguir, pero ya me extendí mucho.
Mil saludos. Coincido con lo que ya te dijeron.
Larga vida a éste blog y a su apreciada autora.
RRS
Híjole.¿Qué sería de esto que uno hace y los demás se encargan de venir y darle fuego y avivar la flama de este blog?
Milena: Te agradezco tus palabras y deseo que te vuelvas a iluminar con esa inspiración divina para que retomes con entusiasmo tu trabajo. Un abrazo solidario y de admiración.
Gracias a ti Gaviota por regresar a este lugar y por brindarme tu amistad.
Alinita: Gracias por lo que me dices, pero no debes de dejar que las cosas y las recetas se queden atoradas. Mira yo ya estoy desatorando mis panes con hoyos, con otra técnica pero ya lo logré, ahora sólo falta que me des la mejor noticia: que tu familia por fin comió las conchas que hizo Alinita. Ja.
Pity: Un abrazo también para ti y tu magnífica comida.
Xerófilo: Cuando recibo tus comentarios me gusta porque me arrancas las carcajadas, aun así como me siento en estos momentos en que es difícil respirar con tanta gripa. Qué cosas dices tan interesante sobre la mugre, sobre la carne de perro y las coliformes fecales que respiramos, comemos, albergamos y alimentamos en nuestras tripas. Se me hace que además de mostrarnos el paisaje xerófilo de Baja California Sur, deberías hacer una muestra de la comida callejera de aquella zona y salpicarla por supuesto de estas cosas que nos cuentas.
Eso de la grasa creo que ya lo había oido y no sé porque no lo recuerdo bien, pero de verdad que es bien cierto. Qué rica es la grasa.
Querida Carmen:
Gracias por escribir en este espacio y compartirnos tus conocimientos, tu poesía, tus recetas pero sobre todo, tu corazón. Gracias por siempre tener una respuesta para mí. No te conozco en persona pero si sé que eres una buena mujer. Gracias amiga!
Felicidades y mi deseo de corazón es que este espacio siga enriqueciendonos día con día a los que te leemos.
Te mando muchos abrazos y besos!
Gracias por tu visita a la que es tu otra casa. Y por tu espacio de sabor y color que frecuento.
Saludos...
Felicidades Carmen, gracias por compartir este blog, larga vida a tus letras! Un abrazo
Gracias por ser.
Y enhorabuena por el quinto.
Abraxo.
Ya sabes que soy tu fans : )
Feliz 4o. aniversario, descubrí que a mi párvula le gusta dormir en la cocina... un besote y que escribas muchos muchos muchos años más, Car!
Brenda, Angel, Juan Carlos y Cruela: Gracias a ustedes por acompañarme, por pasar por aquí y sobre todo por el trabajo que se toman de dejar su huella.
Pillo: ¿Dónde ándas? ¿EN que rancho escondido te tienen que no te dejan venir? Me ha dado mucho gusto saber que por allí andas y pasas a saludar. Un beso
Primero felicidades por estos cuatro años con el blog, por algo sigues con él es un lugar muy agradable a mí me encanta visitarte tienes una manera especial de transmitir las cosas, por eso tú casita es tan especial, un abrazo cariño.
Querida Carmen,
Me encanta leerte,¡felicitaciones por estos 4 años!
Sol
Tarde pero sin sueño, mil felicidades al blog y a su autora, que entre otras cosas me han dado horas de placer leyendo y la rosca de reyes más rica que he comido en los últimos años.
Muchos abrazos.
Carmen, todavia no se acaba el mes de marzo así que se vale felicitarte y mucho! por estos 4 años ya? Pues que sigas escribiendo porque al menos yo, me identifico mucho con lo que sientes, piensas, y crees, muchas veces, aunque no se expresarlo tan bien como tu lo haces con esa vena literaria que Dios te dio. Lo de pensar en cerrar el blog, creo que todos lo pensamos cuando estamos fastidiados, pero luego, mejor decimos que no, porque como dices, es una manera válida y honesta de mantener una cultura culinaria y conservar las tradiciones de cada uno en algo tan sencillo y esencial que es comer.
Así que cuando te den ganas de irte de fedayin, piensalo dos veces porque muchos te queremos escribiendo.
Un abrazo
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