"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

martes, septiembre 23, 2008

Come y múerete después

Ya sabemos que vivir mata, y morimos todos los días. Ultimamente cada que me levanto y miro mi cara en el espejo siento que muero en un ritmo más y más aprisa, que nuestro ciclo se vuelve más acelerado que de costumbre. Negar la causa es más difícil que negar una ley de vida.

Hace unas semanas en un viaje veloz a Tampico fuimos convocados a hacernos concientes de esta ley suprema. Después de haber desayunado bocoles en el mercado, y luego de tomar unas aguas de jobo en el Globito, por sugerencia de mi amiga Ana Luisa, nos fuimos a conocer El Porvenir, con unos amigos.

Este lugar, harto platicado por Gonzalo, por fin se me hizo conocerlo. El porvenir es una cantina restaurante que está enfrente de un panteón. Su nombre se convierte en una sentencia al lugar al que inevitablemente tendrá uno que ir, por lo pronto su lema de la entrada es: Aquí se está mejor que enfrente.



Y cómo no se va a estar mejor ahí, si tienen un montón de platillos bien sabrosos todos. Son de esas cantinas que se antojan que sigan con la tradición: buenos tragos, buena comida, que de verdad se sienta que " Aquí se está mejor que enfrente", ¿qué mérito tiene comer lechugüita? Por lo pronto pedimos para abrir boca un platón con tenazas de jaiba. Esperabamos que llegaran más amigos, pero como no llegaron entre cinco nos sacrificamos y nos comimos todo. Luego cada uno fuimos pidiendo nuestro platillo principal, puras cosas sabrosas. Pero lo que sí recordaré por siempre fueron sus jaibas rellenas, tan ricas que hacen que se me olviden todas las leyendas negras que conozco en torno a las jaibas. (¿ya saben cómo cuales?) Una jaiba de esas, con esa frescura y sabor la extrañaré siempre.

Dice Gonzalo que hace muchos años, enfrente del panteón había un letrero que decía: Los que están aquí antes estuvieron ahí enfrente. Sin embargo ese cartel ya no está. ¿Alguno de ustedes lo llegó a ver?

6 comentarios:

Xerófilo dijo...

Hola:

¡¡¡Cuéntanos leyendas negras de las jaibas!!!

Saludos

RRS

*Marianita* dijo...

yo no quiero saber leyendas negras de jaibas. me encantan las jaibas y así las quiero seguir considerando, como un bello ser crustáceo que come... LO QUE SEA, pero hace que sean sabrosas.
No quiero saber qué es LO QUE SEA.
chitón.
¡¡y quiero manitas de cangrejo!!

Anónimo dijo...

Carmen: No sabes qué lindo me resultó este post! Resulta que cuando yo tenía como 11 o 12 años el hermano de mi papá me había contado de este lugar y todos sus letreros, incluído el que te contó Gonzalo. Yo siempre pensé que eran mitos de mi tío y hoy por casualidad Crix me puso tu blog y ví los letreos y me acordé de cuando mi tío me contaba estas historias de los lugares que él conocía y visitaba. Me pareció muy tierno y ni sé por qué, pero bueno es lindo ver que sí existía de verdad!

Carmen dijo...

Qué gusto que te gusto el gustoso post homenaje a los letreros tampiqueños. Un beso a ti Ana y muchos a los chamacos.

Xerófilo y Mariana: Pues ya mero veré si escribo las leyendas de las jaibas, aunque no seas negras, ja

Pillo dijo...

Mi amiga Lau es de Tampico y siempre habla de las jaibas rellenas, tendremos que ir a probarlas.

Omar Argentino Galván dijo...

Ésta es una entrada que me hubiera gustado escribir... tiene aire familiar a mi blog, la veo leo y celebro...
desde enfrente