"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

miércoles, septiembre 29, 2010

De carnestolendas


Uno. El lugar más cercano al infierno ha sido visitar un rastro, el famoso Rastro de Ferrería, ahora ya desmantelado. Era un lugar agresivo y doloroso a todos los sentidos. Con ese olor espeso a sangre, a muerte, que en las madrugadas cuando soplaba el aire hacía que se esparciera en un radio de varios kilómetros, colonias como la Lindavista, Patera, Nueva Santa María, Azcapotzalco, Reynosa, Clavería, Prohogar, Petrolera, eran víctimas de una peste asquerosa. En mis épocas ceceacheras tenía que pasar todos los días cerca del rastro, entraba a las 7 de la mañana en el C.C.H. de Azcapotzalco, y en más de una vez me dieron ganas de cantar la guácala en el camión, creo que a los demás pasajeros les ocurría lo mismo, porque me tocó verlos taparse con desesperación la nariz.
Muy en contra de mi voluntad acompañé al rastro a mi amiga Matta que vivía cerca del puente de Pantaco, el que decía que era su papá trabajaba en ese lugar y como el señor no se aparecía por su casa, tenía que irle a pedir dinero allá. Yo era una muchachita impresionable, y el encuentro en ese lugar fue brutal, salí de ahí prometiendo que me volvería vegetariana, era tan inhumano como destazaban a los animales en plena conciencia, sobre todo oir los chillidos de los marranos, ver aletear y jadear a los pollos cuando los metían en el agua hirviendo, la impotencia y el coraje al ver que desde que llegaban en camiones los hacían saltar sin ponerles una rampa, los marranos y vacas caían al bajar, fracturándose las patas. Creo que la impresión me duró un tiempo, pero después seguí con la misma dieta omnívora.
Y sí, me volví vegetariana, pero no convencida, ni fanática, lo hacía porque todos en casa lo eran, y la única loba desesperada entre felices corderitos era yo, me deprimía no comer carne y de cuando en cuando en la desesperación me daba mis gustos. Me hice una fregona en cocina vegetariana, finalmente, después de 17 años de ser vegetariano Gonzalo aceptó comer carnes blancas y yo acepté no comer pollo, nuestro paladar sigue dividido.

Flesh, meat
I love flesh
I love both

Me gusta la diferencia que se encuentra en el idioma inglés, con respecto a la palabra carne. En español mi carne es igual a la carne de una res o de un pato. Tú carne y mi carne, las dos son una,  son la misma.

Dos. Hace unos meses mi amigo Eduardo me convocó a entrar a un concurso de poemas gastronómicos dedicados al cerdo, como celebración de la Matanza, en Soria, España. Mínimo 120 versos alusivos al cerdo. Escribí como 20, pero la verdad, no los consideré en serio, sólo me divertí como loca, quería hablar de las suculencias que existen con esta carne tan desdeñada (parece que todos mis paisanos se han vuelto judíos o musulmanes de repente, todo mundo pone cara de intelectual estreñido y te dice que no come cerdo) y satanizada por abanderados light.

Tres. Una amiga Chef me presentó a su novio, un exitoso importador de carne, (no de flesh), y me presumía las bondades de sus productos, el discurso es el mismo de siempre, animales alimentados con los mejores pastos, los mejores cortes, incluso me recita como un rosario los restaurantes donde la distribuyen, pero de la manera como los matan ni hablar, eso no se sabe. Yo andaba en busca de carne de cordero y un contacto más cálido con alguien que de manera amable me sugiriera como cocinar esos cortes que parecen joyas carísimas empaquetadas en preciosos estuches. El tipo no alcanzó a seducirme con su carne (no su flesh) y mi amiga me recomendó que si quería cordero fuera a esas tiendas donde para comprar tienes que tener una credencial. No gracias, quiero cordero para dos personas y tal vez comerlo dos días, no para una docena de personas y tenerlo que comer una semana.
Luego, mi padre me habló y me pidió que le hiciera un favor, que a su vez me lo hizo a mí. Tiene un amigo que le cocina en su casa carnitas, mi papá quería que lo llevara a comprar la carne en los obradores del Mercado de la Bondojito. ¿Qué no conocen la Bondojo´s Place? Se han perdido de mucho, puede uno llegar fácilmente en coche, metro o camión, hay muchos obradores ahí cerca, pero según mi papá para conseguir cordero es mejor en el mercado. Sobre todo porque no son careros, los carniceros son atentos y saben su oficio, recomiendan qué y cómo. La carne está fresca, nada de congelados de Nueva Zelanda. Eso sí hay que llegar temprano porque se acaba.

Cuatro. La manera de matar a los animales sigue siendo cruel. Actualmente dicen que hay más rastros clandestinos que cantinas en el territorio mexicano. Se ha puesto de moda la comida orgánica y yo me pregunto: ¿Quién tiene acceso a ella? El objetivo primordial por lo cuál surgío se ha perdido, sólo un pequeño grupo de élite tiene acceso a ella y es muy alto el porcentaje de su costo con respecto a los cultivos normales.
Sin embargo, confieso mi historia: yo sigo comiendo carne, espero libre de clembuterol, pescados y mariscos que nadan en aguas contaminadas, verduras y frutas probablemente regadas con aguas negras y tal vez con cisticercosis, todos hacemos lo posible por no pensar en estas cosas, sin embargo están presentes ahí. Cada mes llegan a mi correo electrónico un montón de cartas con alertas sobre la manera de calentar la comida, sobre los endulzantes, sobre los empaques de unicel, aluminio, sobre las grasas, y  ¿todo para qué?,  ¿para vivir con temor?, ¿para vivir más años? Todo nos hace daño. Todos nos vamos a morir, comamos cerdo, tengamos microondas, compremos huevitos orgánicos, seamos vegetarianos, estemos esbeltos, gordos o seamos sintoístas, jainistas o nos guste Judas Priest.


post scríptum: esta entrada fue publicada hace más tres años en época de carnaval. Hoy la saco del fondo del cajón de archivos como un anexo sobre la entrada de ayer,  podemos seguir en la polémica y el tema que me interesa: nuestra comida

28 comentarios:

saraccocus dijo...

Imagino un lomo de CERDO bañado en una espesa salsa de champiñones. Imagino carnitas de la Piedad gisadas en su manteca y despidiendo un olor exquisito. Imagino una carne suave y dulce, en un virote salado y ahogado en chile.
Me voy a comer

Carmen dijo...

Aprovecha antes de que comience la vigilia mi estimado. La carne manda.

Mary Carmen San Vicente dijo...

Ayyyyy bien dicen que todo engorda y lo que no es pecado ¿qué hacemos? Yo ya le dije al susodicho que nos volvamos vegetarianos y ¿sabes qué me contestó el malagradecido este? "¿Vegetariano? Yo ya te veo la geta-diario" jajajaja divorciooooooo ! ¡pos este! Pero prefiero no pensar en el proceso de cómo llegó hasta la mesa, ayy bendita ignorancia ¿verdad?

Carmen dijo...

Ya está colgada la res que nos vamos a comer mañana en taquitos, sobre su muerte no podemos decir nada, sobre el sabor de los tacos mucho.
Y si recomiendo la soya luego viene La Bióloga de banqueta y me reclama porque contribuyo a que los aborígenes amazónicos se suiciden porque no tienen más tierra, han arrasado con la selva para sembrar soya.
¡Qué vida!

Anónimo dijo...

Que divertido y sabroso es tu espacio.
A mi me encanta la carne: Carne a la carne. Me gusta morder y masticar con crueldad trozos de vaca y de cerdo. No cualquier cerdo, tengo mi favorito. Me gusta que sangre, en mi boca. Me gusta ser carnívora. Un beso.
Anaïs.

oublieroblivion dijo...

la primera foto me recordó a la película delicatessen.

cídae mucho, saludos.

Carmen dijo...

Gracias, a todos por leerme, por saber que alguién se da el tiempo para dejar un recado.
Mordidas cariñosas en sus cachetitos

Byte64 dijo...

No se si la forma de matar los animales aquí sea mas "humana", ya la definición se presta bastante al ridículo, pero que yo sepa no se puede tratar los animales con crueldad. Hubo casos de animales maltratados en el transporte, dejados sin agua y los responsables tuvieron problemas con la justicia. Claro, después de tomar agua, los mataron igual, pero bueno, así es.
Nunca me ha interesado mucho el vegetarianismo, el hombre es como el cerdo, come de todo porque necesita una dieta variada y eso no por ser gourmet, sino por cuestiones de evolución natural, por tanto no seré yo el que va en contra a la naturaleza.

Ciao!
Tlaz

Hilmar dijo...

Muy interesante Carmen!
Yo siempre me he debatido entre el vegetarianismo y el no vegetarianismo... Es algo que siempre tengo presente, la muerte de aquel infeliz. Sin embargo, cada cierto tiempo, tras meses de verduritas, caigo rendida y sumisa ante algún trozo de animalito muerto. Inexplicable o no?

Claudia Hernández dijo...

Tienes razón, Carmen, mi sobrina es ingeniera de alimentos, me dice, que si uno evitara todos los aditivos dañinos de los alimentos, prácticamente no comiera nada. Es decir, hay que hacerse la vista gorda y decir: esto es lo que hay.
Claro que por ello no hay que ir al Mc Donals y comprar alimentos precocido, pero la verdad es que consumimos muchas cosas dañinas.
En cuanto a la matanza y todo el proceso de los mataderos, existen hoy en día empresas que se perfilan hacia el mínimo surimiento para con los animales, pero hay muchas denuncias de que no todas lo cumplen.

Te dejo un link de un grupo que está interesado en este tema y que recientemente han realizaso un documental de denuncia, infiltrándose en algunos mataderos certificados.

http://www.mataderos.info/

mely dijo...

A mi por temporadas se em atraviesa la idea del vegetarianismo, pero mis carnes claman carne y soy debil. Jajaja. Nah! QUien puede resistir un buen steak o bistec a la parrilla!

Aqui les dejo el enlace a documental Food, Inc., esta en ingles pero esta muy ilustrativo de lo que pasa en la industria alimentaria en USA.

http://www.novamov.com/video/7twwyqcn09q4y

Saludos,

Mely

Caro dijo...

Creo que cada uno tiene que comer lo que prefiera, lo que contente su apetito, lo que crea que es lo mejor para el cuerpo, lo que valga la pena cocinar, lo que no destruya su moral, lo que disfruten sus hijos, lo que soñamos comer cuando el hambre nos vence. Hay tantas variaciones de comidas como gustos y personas con pensamientos distintos, gracias a Dios no somos todos iguales...Estoy totalmente de acuerdo con vos, parece que nada es bueno o malo del todo, hagamos lo que podamos, lo que creamos mejor...Yo elegí ser vegetariana porque simplemente me alegra la existencia...
Un abrazo!!!

Gabriela, clavo y canela dijo...

Muy respetable la opción de las personas vegetarianas, pero el cerebro de la raza humana, no iba a desenvolverse igual si no fuese por la proteína que la carne ha aportado desde nuestros ancestros.

Por supuesto que la matanza debe ser lo más rápida y ''piadosa'' posible, son seres vivos, pero la cadena alimentaria es así.

Ah, y en em mensaje anterior que dije ''ojos que no ven, corazón que no siente'', me refería a la foto de los borreguitos, que si no observasen les iba a doler menos tal vez, eso..no me expliqué bien..
besos
Gaby

Brenda dijo...

Por supuesto que me parece dolorosisima la idea de que sufran los animalitos por alimentarnos a nosotros, por eso prefiero no saber de ello, voltear la mirada, no como aquellos borreguitos, snif.
Besos Carmen

Juan Carlos Medrano dijo...

¡Larga vida a Judas Priest!
Tacos de ojos mal cocidos de borrego, de inmediato.
Y mucha salud para ti.
:-)

Prieta dijo...

Este tema es mas complicado de lo que parece. La propuesta va mas allá de dejar de comer carne. Aquí en Estados Unidos (y en todo el mundo) muchas iniciativas están enfocadas en cambiar las leyes de producción y distribución de alimentos con el fin de respetar los derechos del consumidor y defender la conservación del medio ambiente, los animales y la humanidad misma. Estoy de acuerdo con Caro - todo es cuestión de convicción. Y el que pueda y quiera, que ejerza su derecho de elegir pero que sobre todo sea feliz.
Saludos!

Norma Ruiz dijo...

Todos siempre disfrutamos de un buen trozo de carne, aunque definitivamente no deja de ser cruel la manera de matarlos y creo que desafortunadamente eso nunca cambiara, yo trabaje durante algùn tiempo muy cerca de ferreria y tienes toda la razòn el olor era tremendo.
Sabes este ciclo escolar mi hija esta estudiando el nivel medio superior y sabes donde? precisamente en el C.C.H. Azcapotzalco que gusto saber que tù tambièn eres egresada de ese planten mi hija esta encantada con su escuela, saludos cariñosos Carmen.

Anónimo dijo...

La última vez que fuí a Irapuato, comí unas carnitas buenerrimas, hace mucho que no comía tantos tacos, no sé, pero en cada región de nuestro país se preparan diferente las carnitas. Y por nada sería vegetariana, convino vegetales y verduras con carne, pero comer sin carne es como no comer. Me sigue gustando tu modo de decir y escribir.

Anónimo dijo...

Se me olvido decir que soy Alma. La de las carnitas de Irapuato

Cris dijo...

Estoy de acuerdo con mi sobrina Caro, tenemos que comer lo que nos alimente, nos guste, nos haga felices y no nos provoque ninguna culpa. Por mi parte trato de comer muy variado y eso incluye todo tipo de carnes, pero sobre todo como todo lo que se compra en la verdulería.
Un abrazo y buen fin de semana!

Anónimo dijo...

Te visito poco porque cuando vengo lo hago sentada en el sofá comodamente.
Me encanta lo que escribes porque al márgen que entienda 100% lo que pretendes entregar me "transmites" y eso es más importante aun.
La sensación que sentiste en ese matadero aun con el correr de los años queda impregnada y yo la he sentido en las abandonadas balleneras de Chile.
Es cierto lo que dices de vivir con miedo, siempre ironizamos con mi marido sobre eso, ya no leemos esas cadenas de horrores, para que.. es mejor ¡vivir! y punto, carnivoras o herbivoras, gorditas o flacas pero felices!
Un beso grandotote para ti!

Viena dijo...

Hola Carmen: Leí ya el otro día tu post con atención, aunque no me animé a comentar, estos temas me ponen mala. He sido vegetariana durante muchos años, por ética hacia los animales, tenía una especie de pacto: ellos no me comían a mi, yo tampoco a ellos. Sin embargo, al final empecé de nuevo a comer carne.
El problema para mi no es comer o no comer carne, sino participar de la historia comercial que lleva implícita la carne. Hasta hace poco más de 50 años, el consumo de carne era un 300 por cien menos que ahora, no habían neveras domésticas, no se podía almacenar, no había una industria tan bestial de la carne, ese es el problema. Por otra parte, es el primer contaminante mundial, incluso por encima de las emisiones de los automóviles, los residuos de la industria cárnica, tanto que la FAO ha dado ya el aviso a nivel mundial. Y eso sin contar con los holocaustos animales que de tanto en tando nos hacen tragar, que si las vacas locas, la fiebre del pollo o la porcina, todo manipulado, todo horrible.
Ver un matadero sería bastante educativo para cualquiera, porque eso, ese miedo y terror de los animales, ese dolor del final de sus días, ese desprecio que les tenemos siendo seres vivos, hasta cuando van a morir, todo eso también nos lo comemos en nuestros platos riquísimos de carne.
Como ves, es un tema que me pone mal, porque que criemos en el campo unos pollos y nos lo comamos, me parece bien, estoy con todas esas opiniones, pero la industria cárnica, eso es otra cosa y contra eso estoy.
Un placer haber conectado por fin contigo.
Un beso.

LUMPENPOETA dijo...

Llegué por el blog de clavo y canela, tu entrada es exactamente mis pensamientos, vivo, todavía en un naufragio, en un lugar donde la gente lava -conscientemente- los rábanos y más en aguas negras y dice que no importa si los chilangos se tragan hasta la mier...
Los orgánicos son caros no porque su producción impacte el precio sino porque el "sobreprecio" fue un invento de los europeos solidarios (comercio justo) para apoyar a los indígenas y campesinos pobres que comenzaron con el movimiento de los orgánicos para quitarse a los agroquímicos de encima "si lo que produces no tiene intermediarios, no daña la tierra, no te daña ni me daña a mi y cuesta un peso, yo te doy dos ( o más)" esa era la concepción. Ahora hay empresas que producen orgánicos y cobran el sobreprecio para ellos, rentabilidad. A veces es mejor no pensar de dónde o cómo se producen o procesan los alimentos, no es indiferencia, terminaríamos por dejar de comer. Lo mínimo es denunciar y elegir aquellos productos que tienen un origen no cuestionable (sin enfermedades, venenos, transgénicos, hormonas...)Existen "tianguis" de orgánicos en México, un movimiento que se extiende, finalmente el camino llegará en esa dirección, por lo pronto seguiremos comiendo, con conciencia, y si van adornados como están las fotos de tu blog, seguiré aprendiendo a cocinar (las pastas, las pastas...)

Disculpa esta diatriba, pero tocaste la fibra. Saludos de un lumpenpoeta de segunda del tercermundo que cocina.

LUMPENPOETA dijo...

Regresé por el comentario que dejaste sobre el poema, en verdad, mucha razón tienes... tendré que aumentar las funciones del dedito. Este lumpen de la poesís, ya sabes de segunda y del tercermundo se regresa a su balsa, agradecido y con una tarea encima. Esto de cocinar (a causa del naufragio que vivo) me ha dado por saber y reflexionar sobre lo que comemos y hoy,muy a mi modo como lo que se me antoja y me place, me place.

Gracias.

Juana dijo...

Jo Carmén, como he podido pasrme esta magnifica entrada!!!!, me ha entusiasmado y me gusta como sientes lo que dices, creo que me siento muy cerca de todo eso y he disfrutado mucho leyendo lo que yo spoy incapaz de expresar!
Mil besos, y me gusta hacerte reir!!!
Espero más posts!!!

Violeta Romero dijo...

Carmen, ¡tienes un blog magnífico! Me he quedado enamorada de las fotos y las entradas que has hecho.
En especial la de los nopales.
Aquí estaré siguiendo el blog de continuo.
Mira, acerca de lo de Julia Child, he repetido la comparación que han publicado acá los periódicos, por ello me gustaría que me explicaras las razones por las que crees que no encaja. Sería justo marcar las diferencias que haya y con gusto lo haría en una próxima entrada.
Un abrazo y felicitaciones por tan magnífico trabajo.

Unknown dijo...

pues ami nunca se me ha pasado por la cabeza eso del vegetarianismo, con uno en casa ya es suficiente! interesante entrada, ahora el estomago me pide algo con carne! besitos

RosaMaría dijo...

Interesante, si, yo como menos carne, pero no puedo prescindir de ella, me gusta, especialmente asada. El final es lo mejor, todos nos iremos verdad, pero la cautela al elegir lo que comemos hará que sea de la mejor manera. Un abrazo.