"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

miércoles, septiembre 13, 2006

Guillermo Arriaga en Sogem

El lunes recibí la llamada de Alejandra, que si ya había sido invitada a la conferencia que iba a dar Guillermo Arriaga en la escuela. Como ni el correo había abierto no sabía y sí, lamentablemente tenía que ir a la escuela, no importaba que estuviera de vacaciones, pero una oportunidad así no se podía desechar.

Así que el martes por la noche, en una conferencia de dos horas y media, lo primero que nos dijo fue, que de entrada la palabra que él odiaba era guión y guionista. Cómo iba a ser posible que su trabajo de tres años se califique como una “guía”. Que hacer “guías” era peyorativo. Él las llama obras de cine. Tampoco aceptaba que la autoría sólo sea por parte del director, que la autoría se debe de compartir. Él quiere que su guión se lea como una novela, porque si uno logra esto con el lector, también lo puede hacer con el espectador.

Dio sus “tips” para escribir, y lo más sorprendente que dijo fue que él no sabe demasiado de sus personajes, deja que lo sorprendan sin conocerlos tanto. No investiga sobre lo que va escribir, la globalización ha enseñado que los problemas humanos son los mismos en cualquier parte del mundo. Lo que investiga es la vida, la literatura. Y que a menos que seas un genio, un diálogo de más de dos líneas es malo. Empieza a ser explicativo, confuso, es rollo. Si después de hacerlo de dos líneas lo podemos hacer más corto, y si eso que decimos lo podemos cambiar por un gesto es mejor. Debemos tener en cuenta que la vida real no equivale a la vida en cine. Hay que tener diálogos contundentes que en tres líneas revelen todo un mundo.

También nos contó de sus vicisitudes con Tom Lee Jones al filmar Los tres entierros de Melquíades, sobre su orgullosa capacidad de negociar en Hollywood y sobre su divorcio con el Negro González Iñarritú, que me pareció una pérdida por parte de ambos. De todos modos habrá que ver Babel, el último hijo de los dos.

Ponderó mucho el trabajo del escritor, que él no está al servicio de nadie, que no escribe las ideas de otros, que eso es lo que lo ha definido, por lo cual lo rechazan o lo llaman, se hace de amigos o enemigos.




1 comentario:

Josué Barrera dijo...

Arriaga es muy bueno. Me gusta ese consejo de cambiar un diálogo por un gesto. Se lo tomaré.
Gracias por incluirme en tus contactos, Carmen. Gusto en conocerte.
Saludos.