Costumbre, cotidianidad, práctica, rutina. Palabras que en cierta medida se pueden hilvanar con el hilo del aburrimiento, pero si son valoradas con rigor ofrecen tanta seguridad. Extraño esa maldita certeza de la costumbre, en el ir y venir cotidiano para no sentirme ajena, excluida, ave de otro corral, harina de otro costal. Bien dicen que donde uno tiene sus recuerdos está nuestro corazón. Extraño mi ciudad, salir y reconocer los edificios como propios, ser parte de las historias de sus muros, de sus calles, tener el privilegio de penetrar sus recovecos. Lo que más añoro de la ciudad de México es su Centro Histórico, el que recorría de memoria a pie desde que era adolescente. Extraño la bendita planicie de sus calles, no importaban las distancias, podía ir desde San Juan de Letrán hasta Pino Suárez, o desde Mesones a El Carmen. En este lugar, donde ahora vivo, no me invita a caminar; sus calles son tan estrechas, sin banquetas, subidas y bajadas con un sol amargo que castiga y lo hace más pesado. Eso también echo de menos, caminar y caminar.
Sin embargo, me fui, me desligué de esa ciudad de los diablos y del Ángel. Algo pasa cuando uno se va del lugar que quiere tanto, cuando uno deja a los suyos y regresa, la ciudad ya no es la misma, y uno tampoco.
Y se me da que en esas añoranzas de la ciudad de México, pensaba el otro día en sus tacos al pastor, (cuyo principal ingrediente para darle denominación de origen es el sazón que toma la piña dando piruetas en el aire contaminado del Distrito Federal, alquimia indispensable para hacerlos sabrosos) y en su comida callejera, fue así que me puse a hacer pambazos compuestos. Sí, esos pambazos que los embarran de chile, los rellenan de chorizo con papas y luego los sumergen en aceite. Esos pambazos son antecesores de la torta compuesta y su historia comienza en la ciudad de Puebla con sus magníficos panaderos franceses que se instalaron a finales del siglo XVIII. Le llamaban pambazo porque venía de pan-baxo, pan bajo: el pan del pueblo; hecho con harina de calidad inferior, de ahí su nombre: pambazo. Esos pambazos llegaron a la ciudad de México, pero ya sin la costumbre de rociarlos de harina, como estos que son de la ciudad de Puebla.
Mis pambazos eran famosos entre los amigos de mis hijas, incluso era costumbre que se le hablara a la más allegada para que pasara a degustarlos. Lo que no acostumbro es bañarlos en aceite, sólo le doy una ligera pasada en el sartén a la cubierta con salsa y eso es todo. Tampoco utilizo chorizo normal, yo hago mi propia carne con especias y chiles, le pongo la papa y con eso los relleno. Claro que cuando me pongo mucho más hacendosa hasta el pan de pambazo me pongo a preparar, sin embargo esta vez no tuve ganas y lo compré. Para la próxima será.
17 comentarios:
Noooooooooo,
No me hagas ésto amiga mia, aquí en España es hora de comer y yo entro y miro estos "pambazos", me los imagino y me muero de la envidia!!!
Qué ricos!!!
Un beso,
IDania
Carmen, es un placer leerte. Hacía tiempo que no sabía de tí y me alegro mucho saludarte.
Me ha encantado tu entrada, ya sabes que me gusta lo que escribes, pero además hoy traes una receta maravillosa.
Me ha encantado ese pan tan rico impregnado en esa salta. Una verdadera delicia.
Un beso enorme guapa,
Ahora mas que nunca entiendo tus nueve meses de distancia querida Carmen...Los recuerdos de personas y lugares, de risas y frases que ya no van a volver es con lo que tengo que acostumbrarme a vivir. Es increíble la forma en que idolatramos aquello que extrañamos, aún las cosas que antes no nos gustaban demasiado, parecen ser motivo suficiente para dibujar una pequeña sonrisa en nuestro rostro. La primer foto de los panes es fantástica, gracias por compartir tus sentimientos y tus comidillas!!!
Besitos!!!
Carmen, me llegó mucho lo que escribes, ya que, yo, si no dejé mi ciudad, sí dejé mi barrio y también me pregunto cuánto tiempo necesito para acostumbrarme (Ay como duele)... (Dicen que a todo se acostumbra uno, menos a no comer, ja) Y hablando de comer, qué ricos tus pambazos, ese chorizo tiene que estar de lujo!
Besos
No por asustarlas chicas pero yo tengo mas de 30 anos que deje mi terruno y aun no me acostumbro. Uno hace lo que tiene que hacer para adaptarce al nuevo lugar pero nunca deja de extranar su querencia.
Carmen, tus pamazos estan muy tentadores cualquier dia de estos me los preparo.
Un beso.
Mi Carmen bonita!!!, perdona mi lejanía ultimamente, pero realmente no doy para llegar a todo lo que quiero y me gusta :(
me gusto tu post pues yo sé mucho de añoranzas y de cambios de vida y de casa. Toda mi vida la pase así y por eso todo lo que dices lo siento como mío!!...mi vida esta formada de recuerdos y creo que en cierto modo influyo mucho en lo que ahora soy..no tengo mucho apego a los lugares donde vivo y no me cuesta dejarlos atrás..tal vez porque estuve obligada a hacerlo siempre y a la fuerza busque esa salida. Lo que si es cierto que procuro no volver jamás a los viejos hogares...todo cambia, yo también. Y eso estropea mis recuerdos!!:(
deseo que aunque añores tu bella ciudad (cosa que entiendo, porque es mágica!) te acostumbres a la nueva y encuentres por donde salir a pasear.
tus pambazos son exactamente lo que ahora comeria con placer...sentada en un local en DF y con una Corona fresquita en la mano!
Cariños de tu platicona...que ultimamente no esta muy platicona!:(
Entiendo lo que sientes, igual aquí, excepto que vine de un país a otro, y diez años después aun no me acostumbro a las diferencias de costumbres, la forma de ser de las personas y del gobierno. Aunque admito que dentro de mi propiedad tengo mi mundo, mi paz y me siento muy feliz en MI HOGAR :) Pero para alegrar la nota, esos pambazos se ven exquisito!
Un abrazos
Ay Carmen que rico se ve! me dan muchas ganas de preparar, me gusta que no vaya en aceite, asi embarradito mucho mejor...
Besos
Gaby
Idania, a cualquier hora es bueno comer "antojitos", te encantarían te lo aseguro. Un beso.
Suny, no me pierdo siempre estoy aquí para atenderte. Un abrazo.
Caro, cuánta razón tienen tus palabras, es cierto idolatramos lo que nos falta. Poco a poco nos acostumbraremos querida. Recibe mi cariño y admiración.
Nora, ¿a dónde te fuiste querida?, ¿´por dónde andas ahora? Ven conmigo a comer pambazos. Beso
Prietita, no me des tan dolorosas esperanzas, ¡30 añotes!, no no no, es muchísimo tiempo. Y espero no vivir tanto tiempo para comprobarlo, qué horror. Es más, ya me está gustando aquí, más me vale verlo todo bonito. Besos
QUerida Juana, pues si eres una nómada ya te estás tardando para venir y hacer realidad tus antojos, me encantaría que los compartamos. Gracias por la empatía, por tus palabras y por tu experiencia. Un abrazo fraterno.
Mari, gracias, siempre tan afectuosa y compartida con tus comentarios, se agradece esa empatía y me hace ver que a todos nos pasa, no somos máquinas. Un abrazo.
Gaby, si, son muy buenos sin tanta grasa. Un abrazo
Es dificil cambiar de lugar, uno siempre extraña los rincones a los que uno cada día va tomando cariño. ojala que muy pronto te adaptes, sobre la receta me ha encantado seguro quedan deliciosos lo unico que no me gusta de los panbazos es que vayan muy mojados eso no me gusta me da cosita comerlos así, probaré con tu receta, gracias amiga que tengas un excelente fin de semana.
Me han encantado esos pambazos recubiertos de nostalgia. Estoy segura de que es imposible no sentirla cuando se deja detrás una ciudad como la Ciudad de México. Yo, que me he marchado ya de dos cálidas islas caribeñas y vivido en tierra firme y bastante ajena por más de quince años, te comprendo muy bien.
Un abrazo.
Carmen, querida, cuánta nostalgia y qué hermosas, palabras. Y en parte te entiendo, aunque yo no sufra de ese tipo de nostalgias por las ciudades que he dejado atrás (ni siquiera por mi patrial natal). Yo espero ir el año que viene al D.F., es una ciudad que desde hace mucho tiempo quiero conocer.
El plato que nos traes, qué delicioso es. Juro que lo probaré cuando ponga un pie en la Ciudad de México.
Saludos
Se parecen (por lo menos en la forma) a los "pepitos" que hacía mi abuela. Un panecillo remojado en leche se rellenaba con un picadillo de carne o de atún, tomate y huevo duro. se rebozaba con huevo y harina y se freía nadando en aceite. Ultracalórico, claro, pero a los niños nos encantaba.
Y ya verás, Carmen, como te acostumbras a Cuernavaca. Además, tampoco está tan lejos de México. Yo te digo como Claudia, tras haber dejado atrás un montón de ciudades en las que viví, ya no puedo tener nostalgia por todas a la vez.
Un abrazo
Te entiendo Carmen, yo también he extrañado esta ciudad cuando he tenido a bien probar suerte en otros lares... pero siempre regreso, como dices, donde están los recuerdos y la vida, está el corazón, y aquí siempre me siento como pez en el agua. Yo me echo unos de pastor por usted, y un día de éstos me daré a la tarea de hacer esos pambazos, aunque seguro no me salen tan ricos como los tuyos, un abrazo!
Carmen; antes que nada no vine porque me dejaste un comentario sino por que desde ayer en la noche dije, mañana visito a Carmen!! y mira, despierto y tengo comentario tuyo ;D
Mmmmm... entiendo lo que dices en tu entrada, añoranza!!! tantos años, la costumbre, el "pertenecer" , etc..espero que puedas disfrutar lo que ahora tienes y encuentres la manera de ver lo lindo a tu nuevo lugar, estoy segura de que así será :D
Los pambazos, cuando yo viví por allá comí en una ocasión éstas "tortas" me gustan y ése relleno más... aquí no he visto ése tipo de pan, veré cómo le hago !
Saludos Carmen
Gracias por la receta de los pambazos ya que yo soy de la ciudad de Atlixco Puebla y me recuerdan a mi infacia lo unico que si no encuentro es el pan ya que vivo en los Estados Unidos y simplemente no encuentro el pan por ninguna parte si me pudieras proveer la receta te lo agradeceria inmensamente. Saludos desde California y siguire tu blog attentamente.
Gracias por la receta de los pambazos ya que yo soy de la ciudad de Izucar de matamoros Puebla y vivo en el df el pan k esta enharinado que es tipico de puebla solo lo venden alla y no los consigo en ninguna parte incluso le he traido al panadero k esta por mi casa para a ver si lo hace y nada k ver me si me pudieras proveer la receta te lo agradeceria inmensamente. muchas gracias de ante mano
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