Junta las piernas, respira por la boca, saca el aire por la nariz, mete la cabeza, gira sólo el costado, levanta el brazo, haz la brazada completa, mete la cabeza, que no quede de lado, relájate, tranquila. Carmen ¿ya olvidaste lo que habías aprendido?, esta semana nada más viniste un día y la semana pasada igual. ¿Cómo vas Carmen? No te detengas, has buzos, mete la cabeza, suelta el aire por la nariz. Tienes que coordinar la respiración, el pataleo y el movimiento de los brazos. Se te bajan las piernas, no dobles las rodillas, el movimiento de las piernas viene desde el glúteo no desde las rodillas ¿ya te cansaste? Respira y no hagas tan largos los trayectos para respirar, no te tragues la alberca, relájate, disfruta.
A mí me dijeron que nadar era un ejercicio “noble”, ja ja, si supieran los de afuera el infierno en el que estoy metida acá abajo. El infierno del agua, entre los azulejitos con ese color azul cielo
Dudas existenciales se conjuran aquí abajo. Aparecen miedos y reflexiones sobre la propia vida, ¿qué extraño proceso se desarrolla al llenar mis pulmones de aire y lanzarme en línea recta a que me sostenga esa cama de agua? ¿La voluntad, la tenacidad, la persistencia? ¿De que manera los humanos hemos encontrado el valor para realizar una práctica que la propia naturaleza no nos dotó. Si amo esta tierra que piso y que me sostiene, me gusta caminar con mis dos pies, ¿qué tengo que andar yo sumergida en el agua? Y ahi abajo, de repente, pienso si sigo o no el impulso y la responsabilidad por salir antes que sea tarde, no esperar hasta que me revienten los pulmones ni como me sucede casi siempre: salir dando manotazos desesperados y con la respiración agitada. Entro al agua con timidez y me pregunto todo el tiempo si alguna vez aprenderé a nadar.
Ahora bien, este “noble” ejercicio no me baja ningún gramo pero sí me da un hambre canina. El calor continúa, y continuará, así que quiero comer cosas frescas. Y así, entre la consistencia firme y líquida, se encuentra este platillo. Bonito, fresco, portátil, ideal para llevar en la lonchera: una terrina. A los míos en casa no les hace gracia las gelatinas saladas, pero éste sí les gustó, a mí me encantan las gelatinas, las terrinas, los áspics, todo tipo de alimentos con esa consistencia.
¿Qué necesito?
6 hojas de acelga grandes
4 zanahorias
3 papas grandes
170 gr. de salmón ahumado (si el presupuesto está por los suelos se puede prescindir de este)
100 gr. de queso manchego o gouda o Oaxaca, (yo no le puse queso, pero puede ir muy bien)
2 manzanas
I pimiento rojo
3 ramas de apio
2 tazas de un buen caldo de pollo o de res, bien sazonado
2 cucharadas de grenetina
el jugo de un limón
sal al gusto
¿Cómo se hace?
1 Se forra un molde rectangular con papel plástico dejando que cuelgue de los lados, encima se le ponen las acelgas escurridas que ya pasar por agua hirviendo por 2 minutos. También se deja que cuelguen las hojas, porque con ellas después se cubrirá despues el molde.
2 Todas las verduras se cortan a lo largo del ancho de tres centímetros, incluso la manzana y el queso. Me gusta comer las verduras crocantes por tal razón los tiempos para ponerlas a cocinar son distintos, primero cuezo las papas con un poco de sal, luego las zanahorias, y por último los pimientos y el apio. Cuando estén al gusto se dejan escurrir.
3. Se pone a calentar 1 ½ taza de caldo en una cacerola, en la otra ½ taza de caldo frío se disuelve la grenetina. Cuando está disuelta se mezcla con el caldo caliente y se agrega el jugo de limón. Una vez integrado todo esto se retira del fuego y se deja entibiar.
4. Se colocan las verduras a lo largo del molde en un orden contrastante, papas, pimiento, apio, salmón, manzana, zanahoria y por último queso.5. Se vacía el caldo tibio sobre las verduras.
6. Se doblan las hojas de acelga que cuelgan. Y se sella con el plástico.
7. Se refrigera hasta que esté cuajada.
8. Compártala con su instructor de natación, o con alguien que necesite bajar la severidad que ejerce sobre usted. Al compartir comida se produce una magia conciliadora.
21 comentarios:
Te ha quedado de lujo!! Fabulosa receta, a mi que me fascinan las acelgas, esto es un deleite para mi. Me alegro de que "la gatita aprende a nadar" :)
Un saludo y feliz fin de semana.
Nadar es "dificil", como todo, ya sabes. Mi mama' me mando' a aprender de chica, ni como decirle que no. No es cierto que nadando te vas a poner como Barbie, no has visto a las nadadoras?. A parte de "nada por aqui, ni nada por alla'", adquiere una esa solidez como de tanquecito. Aunque hay que decir que ese parecido con los cilindros de gas solo se da como resultado de demasiadas horas bajo el agua. Como quiera si', es un ejercicio noble, egoista y reconfortante.
A mi las gelatinas saladas nomas no, pero a la hora del calor me podria arriesgar... como hago una gelatina con leche de coco, Car?
Un besazo!!
Hola Carmen:
Por el gusto que tienes por el mar nunca hubiera creído que no sabías nadar. Yo nada más sé como que flotar y andar con aletas, vizor y esnórquel.
Sé que es un ejercicio muy bueno, pero prefiero caminar. Lo que sí es que para el calor es lo máximo, así que de seguro lo acabarás disfrutando.
Saludos
RRS
PD. Muy extraño eso de una gelatina salada. Nunca dejarás de sorprenderme.
Me encantó la cara del gatito. Y el budín de vegetales me parece divino. Cuanto color! Realmente entra por los ojos.
Yo nado desde siempre, pero de grande no me gusta tanto como cuando era chica. Te felicito por el coraje de hacerlo, de grande las cosas se complican un poco más, pero nadar es muy necesario en todos los aspectos. Adelante con ello!
Cariños
Ay Carmen! Tu historia me recuerda a la mía cuando aprendí a nadar, que miedo! Yo aprendí a nadar cuando tenia 25 años y me costo mucho trabajo. Todavía me asusta un poco. Echale ganas, cuando aprendas mas y te sientas mas comoda te va a gustar.
Tu receta se ve muy rica. Me gustan mucho todos esos vegetales y la presentación es muy bonita, llama la atención.
Te mando un abrazo.
Vaya carita de susto la de la gatita, espero que la tuya no sea igual cuando vayas a nadar!!!
Me ha encantado tu receta, tiene un corte divino, me encanta este tipo de platos, son estupendos.
Besos,
Qué rico blog, me fui unas entradas atrás y quedé encantada con las recetas, con tus imágenes, pero sobre todo con la manera de expresar tus sabores.
Me declaro fan de este blog.
Querida Carmen...Me siento identificada con vos. Me gusta la tierra firme, aunque este último año me dediqué a mirar mucho las alturas y sueño con animarme a volar en parapente. Veo que el agua no es lo que más nos gusta!!! Y me parece bárbaro que superes esa barrera que te separa de ella y te impide disfrutar, sé que lo vas a lograr...Paciencia!!! La terrina es muy buena opción para un picnic, qué lindo!! Ya extraño el verano!! Te abrazo!!!
Mari: pruébala, tú que eres bien preciosista en tus platillos seguro te queda espectacular.
Un abrazo.
Diana, eso mismo es lo que pienso yo, nada de buen cuerpo tienen esas nadadoras y es por eso que también me choca hacerlo, si al menos hubiera un verdadero estímulo, bah. Así dice mi marido pero se atrevío a probar esta gelatina. Te debo un pastel de "zanoria" y ahora esta gelatina que acabas de antojarmela como no tienes idea. Espero mandárte la receta. Un beso
Xerófilo, uno puede amar con locura algo pero no siempre navegar y adentrarse en sus aguas. Así soy yo, al mar lo admiro desde mi orilla, o desde una barquita bien firme y con buen tiempo. Yo creí que tú sí eras un excelente delfín nadador. Las gelatinas saladas son bien ligeras, especiales para un clima seco y caluroso como el nuestro. Un abrazo fraterno.
Erika: cuanta razón tienes, nadar beneficia mucho a mi mano, sólo por esa razón lo hago, no tanto por gusto. Y sí, es pesadísimo hacerlo a mi edad. Ya te avisaré cuando me mueva como sirena, sirena con patas, ja. Un beso.
Prietita, qué linda, gracias por tu comentario y tu experiencia, pero 25 años es el doble de los míos, eras una chavalita y nada se complica, deverías verme a mí. Un beso.
Suny, la carita de la gatita al menos es graciosa y tierna, la mía es aterradora...ja.
Un abrazo.
RoS: se bienvenida a este lado del fogón, esta es una ventana de mis gustos y mis pasiones. Recibe mis saludos y nos seguimos viendo por aquí.
Caro: A no, no me pidas más cosas ajenas a mí cuerpecito para que realice, ya con esto de meterme en el agua es más que suficiente. Me gusta eso de volar pero le tengo más respeto que al agua. Te felicito por tus bríos para quererlo hacer. Gracias por el ánimo, lo necesito, la paciencia no es lo mío. Un beso
Carmen, me ha conmovido la cara de esa gatita y luego tu relato, para qué más, os habría sacado a ambas del agua y con mimo y una toalla suavecita, os habría secado para nunca más acercaros al agua que os asusta. No todos hacemos las mismas cosas ni al mismo tiempo, ni con el mismo gusto. Mientras unos se levantan bien temprano por encontrar el placer de nadar a solas en una playa, otros prefieren un paseo por el campo y aún otros, un vuelo en ala delta.
Qué manía esto de las modas, por ahí, todos tenemos que hacer lo mismo. Rebélate.
La terrina me parece espectacular, pero así, sin más calificativos, espectacular.
Un beso grande.
Hay los ojos de ése gatito !! qué ternura o más bien qué miedo tiene el pobre !!
Carmen, siento decepcionarte pero a mí nadar me FASCINA , es lo máximo, me encantaría estar adentro y poder respirar , me relaja, lo disfruto como no tienes idea, quizá porque lo aprendí desde muy chica... Espero que poco a poco lo vayas disfrutando o encuentres el deporte que a tí te gusta , cada quién tenemos uno !!
Ah... el platillo hermoso y elegante, qué bueno que lo disfrutaron...
saludos
Como he disfrutado tu relato. No sabes como me identifico contigo. Te confieso algo: Aqui tenemos alberca y la disfrutamos todo el verano. Sobretodo ya caida la tarde, pero yo nunca me he metido. Que pena pero le tengo pavor. Yo solo voy a leer y a tomar algo fresco. :) Que valiente eres Carmen.
La receta de la terrina me llamo la atencion la combinacion del salmon con la manzana. Se han de complementar muy bien con el resto de los ingredientes.
Un abrazo y ya te extranaba.
Mely
Se ve rica la receta aunque no son muy de mi agrado pero siempre hay que estar abierto a probar todo.
Creo que la cara de espanto de la gatita se queda corta al lado de la que pongo yo, tampoco se nadar me da un pavor aparte de que no soy nada coordinadita por eso tampoco bailo creo que tengo dos pies izquierdos y eso del agua me voy de lado y termino con las pulsaciones a mil por hora jajaja, lindo domingo amiga, hechale ganas ya aprenderas.
Qué bonita esa última línea sobre el compartir una comida. Es verdad, es maravilloso.
En cuanto a la natación, ánimo, es und eporte que me permite desconectar de todo, solo concentrada en el azul, la ingravidez y la respiración.
Saludos
P.D: Una terrina colorida y super sana, se ve tan apetecible
Eres genial Carmen!!!!, te imagino a ti misma con la carita del gatito...compartiendo la terrina con tu instructor tambien!!!!.
Es verdad que nadar da hambre, y tal vez no adelgace, pero si moldea el cuerpo..aunque yo te veo muy hermosa y bien hecha..para nada necesitas moldearte.
Por cierto, leí el enlace que me mandaste..me gusto saber mas..pero no me gusto lo que leí :(
Te escribo con calma...ya se fueron mis padres.
Mis cariños muy grandes!!!
Fantástica la terrina, pero me da tristeza que sufras tanto con la natación, pues si no es lo tuyo, no lo es no más, si no te sientes cómoda en el agua mejor busca otro deporte que te sea más amigable. Un besito
Animo, Carmen,que hay una canción popular española que dice:
"Beberrr, beberrrr, beberrr es un gran placer,
El agua para lavarse y pa' las ranas que nadan bien"
Aunque no para los gatos, claro. Pero ánimo, que al final es una delicia nadar. Ya lo verás.
Ayyy jaja Carmencha lo que me hiciste reir! con eso que da más hambre.. es verdad!
Que receta maravillosa! justo tengo hojas de acelgas ya lo quiero hacer! está bellisimo!..
Ya tengo compu!
besitos
Olá Carmen, cheguei ao seu blog através da Neide (Come-se). Adorei sua idéia e sua sugestão de compartilhar com alguma pessoa que exerça 'severidad'... Espero que vc entenda português. Muito simpática! Abraços e muito prazer!
Viena: Eso, eso, eso, quiero puras caricias,mimos y muchos apapachos, estoy malita y me hace daño a mis oidos el aguaaaa. Buuuuuuu. Pero una cosa es cierta esta insistencia por nadar no es por manías ni modas, es por prescripción médica. Bah. Un abrazo fraterno.
Pily: Cómo quisiera decir yo lo mismo, ni modo, a seguir padeciendo. Gracias de todos modos.
Mely: Así es, con animadversión y recelo lo hago pero la verdad es que ya me estoy rajando. Me duelen mucho mis oidos. De veras esa combinación establece los ingredientes. Pruébala.
Claudia querida, esperaré sentada el momento de disfrutar estar en el agua, no sé si lo logre pero esta semana ha sido fatal, un dolor de oidos apabullante. Gracias por pasar por acá.
Norma, la terrina sufre por prejuicios anticipados, hay que estar abierto a todo, si no te quedas sin conocer la vida y sobre todo los sabores. Mmmmh. La coordinación en el agua es difícil en el medio terrestre bailar me relaja tanto, ahhh.
Un abrazo.
Juana, el instructor se relamía mi terrina pero yo lo hice a propósito para compensar el rigor que ejerce sobre de mi, jaja. Sufre bigotón y no me trates mal que yo también puedo dominar. ¿No te gustó? Te dije que eso era para poner los pelos de punta. Así el país. Besos
Pamela, se bienvenida y gracias por el comentario, no estoy buscando deportes que realizar, esos ya los tengo bien conocidos y aceptados por mí, en este caso es por prescripción médica, es por eso la necedad de estar sufriendo y batallando, pero mira que ya me estoy desesperando.
Saludos.
Sorokin: pues no soy ranita, yo que más quisiera, soy un ladrillote que puja por salir a la superficie. Un abrazo fraterno.
Gaby: sí, está bien bonito el platillo y sabroso también. Felicidades por la adquisición.
Edna: sea bienvenida por este fogón mexicano de sabores y olores. Y si le agarro un poco al lenguaje en portugués pero no me pida escribirlo porque hasta ahí no llegan mis alcances. Ojalá y regrese por aquí.
Un abrazo fraterno
jajaja, pobre gato!! Qué cara de horror, pero si es bonito nadar Carmen, tú déjate ir y no pienses tanto, ya lo disfrutarás con el tiempo.
Esa receta se ve deliciosa!
Un gran abrazo!!
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