A veces me pasa que no puedo comenzar a hilar ideas con texto, comida, fotos y sentimientos para poderme ubicar en el asunto que voy a tratar. Me vuelvo entonces como aquellas parejas que no tienen tema de conservación y el recurso más fácil que tienen a la mano es comenzar a hablar del clima. Así es junio, es un mes que se me mete dentro de la piel, me seduce con una abundancia de frutas.
William Faulkner menciona en su novela la belleza de la luz de agosto, con esa luz color cobre agonizante que se vuelve tan sonora a los oidos como el sonar de unas trompetas. Lejos de esta prosopopeya melancólica del autor, cuando voy al mercado en el mes de junio me sumerjo extasiada en la luminosidad que tiene un puesto de frutas. Muchas de estas muy breves, razón por la cual las hace más apreciadas, como los chabacanos, lichis, capulines, pitayas, higos, tunas, uvas, (pero uvas mexicanas porque chilenas y gringas se encuentran todo el año). Así pasa ahora con esos mangos precoses que se pueden encontrar fácilmente desde enero y se extienden hasta octubre, se buscó de alguna forma tener una fruta de larga duración. ¿Por qué los botánicos no buscan la forma de permanencia de los membrillos? Qué tal si durarán ocho meses las granadas rojas o ya de perdida que al menos pudiera llegar hasta el Distrito Federal la breve temporada de jobos de la huasteca veracruzana. Todas estas frutas que se alejan de mi paladar por culpa de los regionalismos y de la poca demanda. Si nadie las conoce pues no hay quién la busque. Pero muchas veces no todo lo conocido y popular es lo mejor. Dentro de cada región del país hay un secreto gastronómico por descubir.
Como estos nopalitos cocinados en penca (hoja) de nopal, en Peña de Bernal, Querétaro. Esto se vuelve un homenaje al pleonasmo como la torta de tamal, pero muchísimo más ligh y saludable.La hoja gruesa y vieja del nopal sirve de recipiente para comer los nopales, ya sea de manera tradicional o con chorizo.
Nopales dentro de un nopal y tatemados en el comal.
Hoy me dijo una amiga que todos los días come lo mismo: atún, sardinas o arenques en lata, con un paquete de verduras congeladas que pone a hervir. No quiere complicarse la vida. Creo que al menos ha de ahorrar mucho dinero y tiempo. Me impresionó tal confesión, yo la verdad creo que inventaría al menos incluir algunas otras cosas a ese menú: frutas de temporada, para iluminar la monotonía.
10 comentarios:
Increíbles puestos de luz... es lo que me transmiten los puestos de fruta. Tu amiga se rinde a la belleza de la monotonía y gana felicidad en la despreocupación, supongo que todos hemos tenido temporadas así, pero no duran mucho en el cuerpo inquieto de Chez.
Un abrazo querida amiga
Pues lo siento mucho por tu amiga: no se complicará la vida, pero se aburrirá un montón comiendo siempre lo mismo. Y ya, puesta a comer conservas, podría probar las perdices escabechadas manchegas, los "sprats" ahumados del Báltico o las almejas chilenas :-)
Y, por supuesto, como tú dices: frutas de temporada. Aquí, ahora empiezan las ciruelas verdes, los melones de verdad (no los "canteloup" y otros inventos franceses), las cerezas negras, las paraguayas (antes, una fruta que sólo se encontraba en España; ahora empiezan a conocerse por toda Europa), las brevas (las de verdad, no esos higos turcos que no tienen jugo)... se me hace la boca agua sólo de pensarlo.
Aunque, tengo que confesar que esta mañana he desayunado una papaya brasileña regada con zumo de lima mexicana, frutas que se encuentran todo el año. Nadie es perfecto ;-)
Hola Carmen:
Indudablemente los puestos de fruta tienen esas características que señalas, aunque yo diría que, con eso de la globalización, a veces ya no es tan notorio los cambios que antes se apreciaban al cambiar la época del año.
En realidad acá, en BCS, es indispensable desde hace mucho la "importación" de frutas. Hay buenos duraznos, naranjas y limones. También mangos, dátiles e higos, por no decir de las pitayas, sean dulces o agrias. Y de seguro me faltan muchas, además de que para algunas la producción es local o reducida.
Por eso, según yo, un puesto de fruta local de por acá, estaría medio vacío o casi del mismo color.
En eso el DF es muy afortunado, precisamente por la concentración que ahí se da de la mayor parte de los productos del país.
Aunque claro, mientras no te lleven membrillos y "jobos" (no tengo idea de qué son estos últimos), es evidente que seguirás notando carencias.
La verdad, qué bueno que tengas acceso a esa diversidad pero, sobre todo, que la disfrutes tanto.
Saludos
RRS
Ay que hermosas cerezas, higos, todo!me encanta la foto de los nopalitos en penca..
Pues a diferencia de tu amiga, ya sabes que soy lo opuesto, me encanta complicarme la vida cocinando mil cosas jaja..
besitos
Que bonitas frutas Carmen! Me gusta todo! Y los nopalitos, uy mi perdición!
Ah, qué curioso ese plato, nopal, la verdad que lo del recipiente natural es fantástico...
Cuántas cosas tendré que probar cuando visite México... umhh
Los fines de semana en cada regiòn de Costa Rica se realiza la feria del agricultor, donde se lucen los frutos de temporada. Aquì más bien son los primeros meses del año, pero siempre es muy vistoso.
Yo adoro ir a la feria, traer de todo. Justo anoche hasta hice una ensalada de frutas cocinadas. Gracias por compartir tan hermosas fotos de esa luz frutal.
Y de los nopales, no los habìa visto asì, pero logré de inmediato adivinar su sabor, fue de lo mejor que probè en tu tierra. Saludos.
Cuantas frutas deliciosas, me encantan los higos son mi perdición, ahorita ya estoy en espera de las tunas una delicia también, sabes yo no soy una gran cocinera pero caray no podría comer siempre lo que come tú amiga, después de una semana comiendo lo mismo me muero, amiga te dejo un abrazo cariñoso, excelentes fotos.
Acá faltan los mangos... y allá hay cerezas?
Una dieta de sardinas, atún en lata y verduras congeladas se me hace bien triste : (
Un besazo, Car!
Conozco pocas, muy pocas de las frutas que mencionas. Observo las fotos de ese mercado, los colores... y hasta creo que puedo imaginar el perfume intenso de la fruta madura.
Me gustó mucho, de verdad, tu blog, por aquí estaré conociendo un poco más de tu cocina natural y rica.
Cariños
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