Esas palabras me dijo Raúl, refiriéndose a “La Villita”, pero de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. En pleno 12 de diciembre, después de una comida de fin de año, como si no hubiera sido suficiente todavía, nos trasladamos Gonzalo y yo hasta allá.
Es imposible que pase desapercibido este día en todo el país. Tan sólo al venir de regreso por la autopista México-Pachuca se podía distinguir en el cielo, a lo lejos “cuetes” o luces artificiales que lanzaban de los pueblos que íbamos pasando, en todos ellos había fiestas. Independientemente que se sea creyente o no, la verdad es que la festividad de la virgen de Guadalupe marca la identidad de los mexicanos.
Y claro, había feria, buñuelos, panes, atoles, juguetes, ropa, loza, cobijas, garnachas, tacos y por supuesto barbacoa en ximbo (carne de borrego cocinada en horno con la penca del maguey) y chinicuiles.
El señor Campero fue el que me mandó buscar Raúl para los chinicuiles, y con sus buenas referencias lo encontré donde me dijo. A todo el mundo que pasaba y le hacía plática generosamente le regalaba un taco de su rica barbacoa.Pero lo que yo no podía dejar de mirar era la enorme pecera llena de chinicuiles tostados. Ya sé que me van a decir ¿qué son chinicuiles?: Son los gusanos del maguey que se dan en el fondo de su tronco. Se comen tostados en tacos o en complemento con alguna salsa, o en la confección de cualquier otro platillo inspirado. Su sabor es definitivamente único, tendrían que probarlos para saber de que hablo. Y ya sé también que me van a decir que guácala, y no sé que más cosas feas. Bueno, si no leyeron la respuesta a los comentarios que me dejaron con respecto a los escamoles en la entrada anterior, sólo les puedo decir que este tipo de animales forman parte de mi universo gastronómico de ser humano depredador que soy. Es cuestión de gustos, cultura y sobre todo de aventurarse a probar cosas nuevas.
Los tacos de chinicuil no estaban nada baratos, pedí uno solo, ah, pero lo saboreé detenidamente, con una salsa deliciosa de chile pasilla, especial para la barbacoa, pero que le iba muy bien al taco. La señora que me atendía de repente me regaló otro taco y más contenta quedé yo.
El señor Campero, también vende tacos de cabeza de res y barbacoa en ximbo en la Central de Abastos de la ciudad de Pachuca. Atiende todo tipo de eventos. Su celular es 77 11 50 02 60, para más señas.
Raúl tenía razón, esa pecera de chinicules eran muchísimos, pero no tanto como los 5 millones de personas que acudieron a la Basílica de Guadalupe en los últimos días.
18 comentarios:
Carmen, que buen paseo y qué buen taco de chinicuiles. Yo si he comido tacos de gusanos de maguey, a mi papá, como te he contado, le gustaba comer cosas raras y nuevas y cuando iba al DF compraba bolsitas de chinicuiles vivos para luego freírlos él mismo. Yo veía como se retorcían en el aceite hirviendo! Y nos hacía probar de todo lo que él comía. A mi sí me gustan, son sabrosos y nutritivos y no le hago fuchi a este tipo de comidas prehispánicas.
Un abrazo.
Es cuestión de tener una mente abierta y ser maduro gastronómica- mente hablando, para entrar al mundo de la comida no tradicional, disfrutar de sus sabores y aprovechar hasta sus grandes nutrientes. Un gusanito de esos solo puede pasar como una botana, para picar algo, ya en taco tiene otra apariencia, pero será cuestión de tratar.
Muy lindo relato de paseo, la identidad mexicana está marcada por muchas cosas, y la bendición de la Virgen De Guadalupe, alcanza a mucha distancia más.
Sorry pero yo te voy a decir guácala, guácala y guácala con esos chinicuiles , jamás podría de eso estoy segura, pero de lo que me muero de ganas es estar en ese día emblemático para los mexicanos y poder disfrutar de todos esos puestos con artesanías, comida, loza y un cuanto hay, como me gustaría....
Saludos!
Esa es mi Nora, que le agrada el sabor de nuevas cosas. Un abrazo querida.
Capricornio, así es es cuestión de mente y boca abierta.
Kako: Al parecer tú si fuiste la valiente que me dijo que guácala, los demás se abstuvieron. Es telurico el tema de la comida de insectos. Muchos dicen que es el alimento del futuro. Yo creo que es un alimento más, caro, eso sí. Actualmente con tantos programas de televisión con gente comiendo cosas extrañas este post es apenas una aproximación a las comidas regionales de este país, que son muchas y muy diversos estilos. Ojalá y algún día vengas y compruebes que la comida del sureste nada tiene que ver con la del norte o del centro del país.
Un beso
Nunca he comido esos gusanos, Car, no he tenido oportunidad. De comer bichos esos que me dan ansias son los que tienen patotas y antenotas -como las tantarrias... guácala... que hasta fosforescentes están.
Igual y si no las conociera hasta me las comía en un taquito, pero como las conozco y hasta se los ruidos que hacen... brrrrr....
Oye, ese puesto de buñuelos era de esos buñuelos que venden remojados en jarabe de piloncillo y fruta?. Qué ricos!!!, esos son mis favoritos. En mi pueblo también los hacen y los acompañan con atole de masa sin azúcar.
Carmen a mí si me gustan los chimicuiles, mi hermana los prepara en salsa de molcajete, y quedan riquisimos, una delicia, woooo pero ese señor si que tiene muchisiiiimos y la barbacoa se ve deliciosa que lindo viaje, saludos linda.
Cruela, qué pudor, las tantarrias, o xahues son el insecto más sabroso que he comido.
Norma son deliciosos así en salsita, y sí fue un venturoso viaje, hasta me gané de premio una licuadora
Y como a que saben las tantarrias, tú?
No me digas que a tantarria, por favor!!
Pues yo creo que se me hizo trauma, porque de chica, cuando Julia las juntaba de los mezquites, me asustaba con su cubeta llena de bichos.
Mira, pues sí a tantarria. Es un sabor único, en primera truenan bien rico. Sólo puedo decirte que su sabor es un poco ácidito, no es igual al sabor de los chinicuiles, es distinto. Pero tienes que superar tus traumas infantiles y hacerle los honores.
yo comi gusanos de maguey cuando estuve en mexico y me encantaron, estoy segurisima que me atreveria con todo, con lo bien que cocinais alla! besitos
Hola Carmen:
Andamos Aida y yo de gira por Oaxaca, anduvimos por mi amado Itsmo de Tehuantepec y en estos momentos estamos en la antigua Antequera o Oaxaca, me acabo de comer unas memelas untadas con asiento de grasa de cerdo, frijol negro y quesito.
Te aclaro sobre los chinicuiles de la pecera, no estaban tostados, estaban vivos, imagínate, estaban apretujados cual feligreses en la iglesia. Me alegra que hayas conocido al señor campero, le voy a llevar este post a su negocio.
Feliz Año
Querido Raúl:
¿Quién va a saber más sobre los chinicuiles que estaban en la pecera? Yo, que de ahi mismo me sirvieron el taco que me comí o tú que andabas por otros rumbos ese día. ¿a verdad?
Enséñale al señor Campero el blog.
Un abrazo
Ah Caray, entonces tienes que ver esa pecera en octubre, cuando la Feria de San Francisco, es la mera época de los chinicuiles, ahí sí te aseguro que estarían vivos.
Hola amiga. Hace mucho que no visitaba tu blog, HIJOLEEEE!!!! No sabes como salivé al ver esa cantidad de CHINICUILESSSSS!!!! YUM YUM YUM QUE RICOOO.
Realmente son un manjar muy peculiar y a mi me encantan, sobretodo cuando los fries tu mismo despiden un aroma muuuy singular y AFRODISIACO. Te mando muchos besos ¡FELIZ AÑO!
Tagarote
Hoy comi chinicuiles, son un manjar que cada año como en esta epoca, la verdad mucha gente no sabe lo que se pierde.
Yo llevo años comiendo chinicuiles y no nada mas chinicuiles, gusanos de maguey blancos, chicharas, cuetlas, escamoles, hormigas chicalas (sanjuaneras, chapulines y todo tipo de carne de animales de monte, Hoy justamente comi chinicuiles, los compre en Tepeapulco Hidalgo compre cuatro docenas me costaron $48 pero valio la pena es un manjar asi como muchos que la gente desprecia y dice guacala y no sabe de lo que se pierde.
Hoy comi chinicuiles, son un manjar que cada año como en esta epoca, la verdad mucha gente no sabe lo que se pierde.
Hay que ser de mente abierta! En los abastos de mi ciudad hay muchos ingredientes sabrosos
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