Va este poema-canción para mi hermana L.
para que se llene de recuerdos
con cariño
EL CAFÉ
Tengo tu mismo color
y tu misma procedencia.
somos aroma y esencia
y amargo es nuestro sabor.
Tú viajaste a Nueva York
con visa en Bab-el-Mandeb,
yo mi Trópico crucé
de Abisinia a las Antillas.
Soy como ustedes semillas
Son un grano de café.
En los tiempos coloniales
tú me viste en la espesura
con mi liana a la cintura
y mis abóreos timbales.
Compañero de mis males,
yo mismo te trasplanté.
Surgiste y yo progresé:
en los mejores hoteles
te dijeron ¡qué bien hueles!
y yo asentí “¡uí, mesié!”.
Tú: de porcelana fina,
cigarro puro y cognac.
Yo de smoking, yo de frac,
yo recibiendo propina.
Tú a la Bolsa, yo a la ruina;
tú subiste, yo bajé...
En los muelles te encontré,
vi que te echaban al mar
y ni lo pude evitar
ni a las aguas me arrojé.
Y conocimos al peón
con su “café carretero”,
y hablando con el obrero
recorrimos la nación.
Se habló de revolución
entre sorbos de café:
cogí el machete... dudé,
¡Tú me infundiste valor
y a sangre y fuego y sudor
mi libertad conquisté...!
Después vimos al poeta:
lejano, meditabundo,
queriendo arreglar el mundo
con una sola cuarteta.
Yo, convertido en peseta,
hasta sus plantas rodé:
¡Qué ojos los que iluminé,
que trilogía formamos
los pobres que limosneamos
el poeta y su café...!
Tengo tu mismo color
y tu misma procedencia,
somos aroma y esencia
y amargo es nuestro sabor...
¡Vamos hermanos, valor,
el café nos pide fe;
y Changó y Ochún y Agué
piden un grito que vibre
por nuestra América libre,
libre como su café!
Nicomedes Santa Cruz
aquí lo pueden oir en la voz de su autor
Hay pasiones incontenibles que nos impulsan a hacer viajes alrededor del mundo para rastrear los orígenes y transformaciones de un producto. En este caso el café es el causante de este periplo.
¿Dónde nació el café? ¿Cómo llegó a Europa? ¿Cómo se han dado las transformaciones de un café turco o de un capuchino? ¿Por qué estuvo prohibido su consumo? Estas preguntas son respondidas a través de las anécdotas que nos cuenta Stewart Lee Allen, autoproclamado: antropólogo social del café en su libro: La taza del Diablo.
Stewart hace un observación muy interesante sobre el uso del café en la humanidad, el dice que cuando el café le pertenecía sólo a los árabes, su civilización floreció más que ninguna otra. Después el imperio otomano se apoderó del café y se convirtieron en la nación más poderosa y tolerante del planeta. En Europa llegó primero a Inglaterra y contribuyó a la expansión del imperio y su dominio sobre el mundo. Al calor de los sorbos de café fue orquestada la Revolución francesa. Es decir que el café ha sido una bebida alteradora de la conciencia que impulsó a hacer cambios drásticos en la humanidad. Desplazó el consumo de thé en los países orientales y en la Europa de la Edad Media transformó los desayunos que se hacían con la embriagante sopa de cerveza con pan.
Menciona algo todavía más atrevido, yo sólo lo transcribo tal cual: “…tanto el café como la humanidad aparecieron en la misma zona de África oriental. ¿Qué tal si algunos de esos hombres-mono probaron las bayas rojas?...¿Podría este grupo de comedores de bayas ser el eslabón perdido, y la memoria de la brillante pero amarga degustación de la fruta el arquetipo de la historia en el jardín del Edén?
Lejos de cualquier discusión a favor o en contra del primer Homo-Coffea, el café es un motivador que altera notablemente el comportamiento. ¿Cuántas personas conocemos que no pueden articular palabra al despertar y sólo lo hacen después de la primera taza de café?
El libro está ahí, búsquenlo, léanlo, estén o no estén de acuerdo con él.
Y escuchen el poema de Nicomedes Santa Cruz.
¿Dónde nació el café? ¿Cómo llegó a Europa? ¿Cómo se han dado las transformaciones de un café turco o de un capuchino? ¿Por qué estuvo prohibido su consumo? Estas preguntas son respondidas a través de las anécdotas que nos cuenta Stewart Lee Allen, autoproclamado: antropólogo social del café en su libro: La taza del Diablo.
Stewart hace un observación muy interesante sobre el uso del café en la humanidad, el dice que cuando el café le pertenecía sólo a los árabes, su civilización floreció más que ninguna otra. Después el imperio otomano se apoderó del café y se convirtieron en la nación más poderosa y tolerante del planeta. En Europa llegó primero a Inglaterra y contribuyó a la expansión del imperio y su dominio sobre el mundo. Al calor de los sorbos de café fue orquestada la Revolución francesa. Es decir que el café ha sido una bebida alteradora de la conciencia que impulsó a hacer cambios drásticos en la humanidad. Desplazó el consumo de thé en los países orientales y en la Europa de la Edad Media transformó los desayunos que se hacían con la embriagante sopa de cerveza con pan.
Menciona algo todavía más atrevido, yo sólo lo transcribo tal cual: “…tanto el café como la humanidad aparecieron en la misma zona de África oriental. ¿Qué tal si algunos de esos hombres-mono probaron las bayas rojas?...¿Podría este grupo de comedores de bayas ser el eslabón perdido, y la memoria de la brillante pero amarga degustación de la fruta el arquetipo de la historia en el jardín del Edén?
Lejos de cualquier discusión a favor o en contra del primer Homo-Coffea, el café es un motivador que altera notablemente el comportamiento. ¿Cuántas personas conocemos que no pueden articular palabra al despertar y sólo lo hacen después de la primera taza de café?
El libro está ahí, búsquenlo, léanlo, estén o no estén de acuerdo con él.
Y escuchen el poema de Nicomedes Santa Cruz.
La taza del diablo
Stewart Lee Allen
Edit. Océano
6 comentarios:
Excelente entrada. Es un elemento que acompaña las diferentes culturas y cada una la hace suya a su antojo y con sus propias historias y recetas.
La magnitud de niveles, clases y sabores del grano de oro, la complacencia en los paladares con tendencia a saborearlo frio o bien calientito...
Solo, acompañado, en soledad o en grupos. Impulsa al mundo y a nosotros los que lo adoramos.
mmmm.
No soy barista, pero reconozco que el café tiene un olor maravilloso e inigualable.
Entre líneas pude imaginarme las maravillosas plantas rubáceas de tierras tropicales, donde se extraen los granos con el sumo cuidado para no dañar la rama del cafeto Arabiga Linne.
Nuestro amado México es el productor número 5 en el mundo, y aunque los mexicanos en promedio consumimos el 20% que pudiera consumir un europeo, nuestro producto es de alta calidad.
Exquisito post.
Saludos
Desafortunadamente lo relaciono màs con el inicio del día laboral; pero aquí en jarochilandia: vaya que el cafè se pinta solo y por aparte!
buena entrada y muy buena recomendación, buscaré el libro :)
saludos!
Qúe maravilloso post. Yo amo el café,es una verdadera delicia oler y saborear una taza de café de grano recién hecho perfumado con cárdamomo. YOm yom. Buscaré ese libro y el tuyo también, me declaro fan de tu blog.
Salud!
El café es maravilloso al despertar y también después de comer, pues es "aroma y esencia".
Buscaré el libro y gracias por la dedicatoria.
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