Se acabó la deliciosa nieve de limón del mercado de la colonia Industrial.
Se murió don Gil.
Todos los días por las mañanas lo veía vender su nieve artesanal. Llevaba más de 40 años en ese mercado. Desde que yo era una niña este señor ya vendía chicharrones de harina y nieve de limón. Todas las mañanas se sentaba frente a sus recipientes a exprimir los limones y a girar girar girar para transformar esa agua azucarada. Nunca he probado otra nieve que supiera igual de buena.
Cuando yo vivía en esa colonia me consideraba afortunada, había los mejores tacos de carnitas, los mejores sopes y las mejores nieves de limón. La vida se conforma de cosas simples. Vivimos cómodos, felices y ni nos damos cuenta. Hasta que nos falta alguien. Ese alguien que no tiene sustituto porque con él se muere la receta, la técnica, el trato. Así está mi afinador de pianos, por ejemplo, si el fallece ¿a quién le heredará tantos años de conocimiento? A nadie. Eso pasó con don Gil, murió y ni la nieta ni el nieto pueden repetir ese sabor tan propio. Qué lástima.
Estas fotos se las tomé hace ya tiempo, quería hacer un post sobre su nieve, sobre su labor de años y años, siempre haciendo lo mismo. Y nunca lo escribí. Ahora sólo sirve para recordarlo.
Se murió don Gil.
Todos los días por las mañanas lo veía vender su nieve artesanal. Llevaba más de 40 años en ese mercado. Desde que yo era una niña este señor ya vendía chicharrones de harina y nieve de limón. Todas las mañanas se sentaba frente a sus recipientes a exprimir los limones y a girar girar girar para transformar esa agua azucarada. Nunca he probado otra nieve que supiera igual de buena.
Cuando yo vivía en esa colonia me consideraba afortunada, había los mejores tacos de carnitas, los mejores sopes y las mejores nieves de limón. La vida se conforma de cosas simples. Vivimos cómodos, felices y ni nos damos cuenta. Hasta que nos falta alguien. Ese alguien que no tiene sustituto porque con él se muere la receta, la técnica, el trato. Así está mi afinador de pianos, por ejemplo, si el fallece ¿a quién le heredará tantos años de conocimiento? A nadie. Eso pasó con don Gil, murió y ni la nieta ni el nieto pueden repetir ese sabor tan propio. Qué lástima.
Estas fotos se las tomé hace ya tiempo, quería hacer un post sobre su nieve, sobre su labor de años y años, siempre haciendo lo mismo. Y nunca lo escribí. Ahora sólo sirve para recordarlo.
9 comentarios:
Ah... así de simples pero emotivos como los mejores tacos y las mejores nieves, es este post.
Así pasa, es una pregunta que yo me hecho muchas veces, la familia luego ya no se interesa y uno tampoco puede pensar en culparla por no querer aprender el oficio, pero en efecto, se pierde una gran tradición, un sabor, una vida, pero qué se le va a hacer?
Al menos gente como tú, para recordarlos.
saludos
Carmen precioso post y gran homenaje a Don Gil, ahora descansa y la penita se queda aquí con sus familiares y amigos. Y también en el mogollón de peña que probaba sus helados y chicharrones..
un abrazo
alinita
Nieves celestiales, de limòn y de todos los sabores son ahora. Todo tiene un precio y un premio en esta vida. La huella que deja Don Gil en tu vida y muchos otros paladares, el carisma de su trabajo y la Gloria de la bendición de su llegada a la LUZ.
Nunca es tarde para el homenaje. GRacias por compartirlo.
Chale!!!! Durante unos años de mi vida yo iba a comer esa nieve...
Es triste enterarse de algo más que vamos perdiendo a lo largo de la vida. Adios a las nieves del "señor de la nieve" como le deciamos en la casa. Y no eran cuarenta años, eran mas de cincuenta; yo estaba en primaria y ya le comprábamos la nieve a la salida de la escuela.
Hola, desde hace rato te estoy leyendo pero hasta hoy te escribo. Me gusta tu blog por como narras todo aquello que es parte de nuestro México querido.
Qué pena que ya no habrá más de esa rica nieve que hacia don Gil, pero más pena que con la partida de gente como él, vayan desapareciendo parte importante de nuestras tradiciones y riquezas, dando paso a la expansión de productos americanos o de otros países,
Besos y saludos.
siempre es bueno heredar los conocimientos u oficios que se tienen a alguien mas, pero a veces no hay a quien y no nos queda mas que el recuerdo, seguro el sr de las nieves tenia su secreto para hacerla, pero pues no queda mas que holanda, quizas despues aparezca otro vendedor de nieves, una lastima que tu amigo haya fallecido...saludos
eso es muy triste, Desgraciadamente la industrializacion ha acabado con las grandes tradiciones.
Pregunta quien sabe cocer, bordar, hacer tamales, tortilla ( Yose que tu si Carmen) pero la gran mayoria hemos perdidos aquella recetas y oficios que nuestros abuelos sabian hacer a la perfeccion.
que cara tan linda tenia el sr. de las nieves.
Carmen me hiciste recordar a Don Jesús el nevero de Guanajuato, hace una nieve de vainilla deliciosa, y le pone un chirris de mermelada de fresa casera, es el mismo sabor de hace cuarenta años... lastima que la globalización nos robe los sabores, pero afortunadamente no los recuerdos saludos Alma
Publicar un comentario