1. Me encanta mentir.
Descubro fascinante ver como grito y grito pidiendo auxilio y la gente viene corriendo a mí.
Mi madre decía: No digas mentiras chamaca, porque después ya nadie te va a creer y cuando realmente te pase algo no vas a recibir ayuda. Mi padre en cambio mentía de manera más profesional (no en balde fue médico), le gustaba contarme cuentos. Como sabía que era una embustera me contaba aquel cuento aleccionador del niño campesino que tenía sus puerquitos en el cerro comiendo maíz. Ese niño se divertía de lo lindo gritando que venía el lobo a comerse sus puercos, llegaban los vecinos de las casas cercanas para ayudarlo y se daban cuenta que los habían engañado; los puercos estaban a salvo y no había ningún lobo por ahí. El final del cuento todos lo sabemos es del dominio público y no tiene caso que lo repita aquí.
Aunque parezca mentira continúo gritando y siguen viniendo. Soy una tramposa, los asusto mucho, deposito el germen del pánico en sus oídos. El instinto de sobrevivencia es más poderoso que un poco de buena memoria. Es por eso que la respuesta social siempre se da primero con una sobre reacción, aunque no sean fértiles las semillas, todos queremos creer en algo, aunque sean tragedias prefabricadas.
2. Me gustan las historias narradas en primera persona. Es por eso que siento fascinación por los diarios o por las novelas narradas de ese modo. No me interesa escribir una historia de alguien que narra las entrañas de otra persona, de un país, dame datos de ti, toma datos de mí, no importa que sean sólo puercas mentiras.
3. Han llegado a mis manos unos libros de recetas de cocina, pero mejor sería llamarlos tratados de desinformación. Dejan sueltos varios ingredientes que mencionan, ¿en qué momento se utilizan?, ¿en qué momento se incorporan? y lo que es peor es que es el ingrediente principal. En otros casos el procedimiento está mal explicado y no quiero pensar en el resultado final. Es raro encontrarlos, sí, pero llega a pasar. Cuántas personas terminan todas frustradas y tristes frente a su intento de pastel diciendo: Pero sí seguí la receta al pie de la letra, hice las indicaciones y todo se volvió un chasco. No es lo mismo mentir a ser uno el engañado, depositar la confianza en una receta y encontrar una verdad a medias.
Aunque no sé, a veces hay que leer entre líneas y buscar más allá de lo que llega a ser una instrucción a seguir.
post scríptum: Creo que voy a descansar indefinidamente en esta bitácora. Es parte de los saldos que provocó esos gritos de alarma. Sean felices.
11 comentarios:
Ayyy Carmen, irónica y punzante como siempre.
Ya caigo, ya caigo.
carmen: tu mejor deberias escribir libros, aunque sea de puras mentiras, te juro que si lo compraba.....no se a que te dediques a parte de mentir y cocinar, pero vaya que escribes bien..gracias por tu visita a mi blog...te leo pronto
Hola Carmen!
como siempre me encanta leerte!
En cuanto a los libros de recetas, me ha pasado varias veces, hacer todo como habia que hacer y que falte algo, que no este marcado, que las cantidades sean un desastre...en fin.
te mando un abrazo!
an
Carmen, dedicate a escribir, si es que aún no lo haces. Yo procuro no escribir recetas como las de esos libros "tratados de desinformación" que odio y he odiado siempre y me pregunto, ¿como se atreven a publicar? Una receta debe estar lo más explicada posible, revisarla, leerla a ver si no falta algo en la explicación, somos seres falibles, por eso hay que revisar siempre.
Voy a darme una vuelta por tu blog, pero de entrada me encantó este artículo. SALUDOS!
Carmen, me sigue encantando leerte, ya casi termino todo el blog,
Saludos
Hola:
Apreciadísima Carmen.
Si alguien sabe cómo decirnos el "ser felices" eres tú.
No se me ocurre nada.
Quiero pensar que no entendí el mensaje.
Cuídate mucho y regresa pronto por favor.
RRS
Carmen, ayer iba a quedar con un amigo tuyo para entregarle mi envío pero lo hemos dejado para el mes que viene porque tuvimos que salir para el pueblo. Ahora te siento más exigente con los libros y me lo pones más difícil, tal y como escribes no me extraña que lo que quieras leer esté a tu altura, hay mucha paja por ahí. Con lo que sea espero acertar y que te llegue mi cariño.
Eso de que te largas espero que sea una mentira más, en todo caso vuelve pronto.
Besos.
Ana
...De cuando leemos entre líneas y no podemos ver el trasfondo, solo se me ocurren diversas conclusiones, disfruta el descanso.
El otro dia fui a una libreria de viejo en Pensylvannia. Tenian muchisimos libros de cocina que se veian interesantes y me acorde de ti. Yo me compre un par pero para principiantes. Ahi las recetas son faciles de seguir. Sigue gritando, que yo seguire viniendo.
Me encantan tus furias! y como me he reído, de verdad aún continuas haciendo eso?, JA!, me parece genial!!!
Yo intento ser feliz a diario y por suerte se me da fácil.
Un abrazo bonita.
Vuelvo. Leerte me provoca, sorpresivamente, un manojo de sonrisas. Qué importan las mentiras, eres fascinante y así embobas a todos. Sin mencionar las ricuras que preparas y me ha tocado degustar. ¡Qué bendición!
Un millón de abrazos mareños y sinceros a las nenas, a Gonza y a tí.
[Tangógrafa]
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