"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

domingo, mayo 10, 2009

Los bebes aceitosos

Hay un ingrediente prehistórico, un ingrediente tan viejo como la humanidad misma. Los árboles que lo producen llevan más tiempo en el planeta que cualquier otra planta alimenticia.

Las nueces, avellanas, piñones y castañas, los llamados “frutos secos”, son tan prácticos que no necesitan cocinarse para poderlos comer, lo que si tienen es que son un fastidio pelarlos. De todos estos frutos mis favoritos son los piñones, pero son tan caros que después de comprarlos hay que correr a guardarlos en una caja de valores. ¿Por qué son tan caros? No sé si porque tardan varios años en reproducir el fruto o por toda la complejidad que representa pelarlos.

Últimamente he acostumbrado a comprarlos con cáscara para desarrollar mi paciencia, es como una meditación en movimiento. Y ahí estoy, dale que dale con la piedra del molcajete, equilibrando el impacto: ni demasiado fuerte que desbarate el fruto, ni tan ligero que no lo melle, así acomodo el golpe hasta que los rompo. Aunque fácilmente me gana la desesperación y el cansancio, luego los termino tirando sobre alguna maceta. Cuando menos lo espero tengo decenas de pequeños brotes de pino. Tres de estos brotes sobreviven en mi azotea deseosos de ser trasplantados. Por eso es mejor comprarlos limpios, me gustan los piñones rositas, los mexicanos. Hay otros piñones de color blanco, europeos o gringos con mayor cantidad de aceite y el sabor es menos resinoso.

Me he dado cuenta que son pequeñas matrices que albergan unos bebecitos aceitosos bien delicados. Son cavidades herméticas que protegen adecuadamente todo el cuerpo de la semilla. Así abiertos, asomados desde su cuna de madera no puedo evitar que me gane la ternura con ellos.

10 comentarios:

Chilangelina dijo...

Buena vuelta de tuerca, mi estimada.
Vaya el consabido abrazo comercial.

ka! dijo...

Jajaja...mira nada más!

Creo q los míos son las castañas y los pistaches...

190.arch dijo...

No pos sí, gala de paciencia ponerse a pelar piñones y luego hacerles caritas!!

Xerófilo dijo...

Hola Carmen:
Está muy bonita la analogía con las cunas y bebés.
Pero, a ver, porque el de abajo a la izquierda está como que más serio, de hecho está triste.
¿Vio a sus hermanos-primos encueraditos que estás atrás?
¿Se dio cuenta de que tu buena ondez era transitoria y que de todos modos enriquecerían alguno de tus platillos? Sepa.

Ya en serio, hiciste que me pusiera a leer sobre de esto, y me encontré de que, por ejemplo, si ahorita (abril-mayo en BC) se están dando las estructuras masculinas y femeninas (los pinos no tienen flores) será hasta agosto del año que entra que esté listo el piñón.

Muy lento, realmente. Supongo que ya lo sabías, pero es que yo tenía idea de que lo que tardaba era que el pino creciera, y no que la semilla tardase tanto en madurar.

Bueno. Saludos
RRS

PD. Me gustó que tengas algunos pinitos en maceta.

Jessica dijo...

Vaya nunca he probado el piñón mexicano y eso que vivo en BC, los he visto pero nada más.

Hasta ahora comprendo porque son tan caros, si cortarlos y pelarlos tiene su chiste.

Recuerdo en mi adolescencia, en Parras de la Fuente Coahulia, una amiga en, pedía permiso en su trabajo y se iba a cortar nueces, era de las buenas y le pagaban bien.

Saludos Carmen.

Carmen dijo...

Un abrazo tardío para usted también Chila querida.

Ka: no me hacen feliz los pistaches
las castañas me gustan en el pay de manzana.

Cruela: Me dicen Carmen la paciente, jajaja.

Xerófilo: Qué tequetebonito es la otra historia que me cuentas detrás de las caras de los piñones. Necesito tu imaginación en momentos de sequía intelectual para armar historias o cuando se me traba el caletre y no nomás no da más de sí, a veces se necesita de alguién como tú. Y sí, adivinaste están asustados porque los voy a usar para cocinar y hacer un pesto. Ahí mismo está el queso parmesano ya rallado. Un saludo.
Jessica:¿En qué lugar de B.C. vives, norte o sur? Saludos a tí y gracias por pasar por acá.

Raúl Guerrero Bustamante dijo...

Hola Carmen

Yo por ahí leí que el piñón era el alimento principal por años en Chile, algo así como el maíz para Mesoamérica. El árbol lo conocen como araucaria, frente a mi casa hay uno que mis vecinos, los dueños del terreno en donde está lo secaron.

Dicen que el árbol está en extinción, quizá por eso sea también caro. Aunque alguna vez en España vi que quemaban árboles piñoneros para evitar que bajara de precio en el mercado.

Saludos, siempre me da gusto leerte

Carmen dijo...

Qué interesante lo que me cuentas, como siempre, Raúl.

Sabes, entonces en mi azotea tengo dobles árboles de araucaria.
Primero esos pinos del piñon y luego otro árbol que según yo acá le dicen araucaria, pero nunca lo hubiera relacionado con el del piñon.
Yo creo que el que ha de estar en extinción es otra especie, habría que estudiarlo más apliamente.
Un abrazo fraterno para ti

Zugazagoitia dijo...

¿Pelar piñones?

No te lo puedo creer, si ya los venden limpios

Raquel A Mtz dijo...

carmen: sublime.......genial....tierno, me encanto tu historia delos pistaches pero mas la foto con todo y caritas...ahi se ve tu creatividad e ingenio.......bravo, aplausos