"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

miércoles, febrero 11, 2009

Todos me ven llorar

Oh hermosa, no dejes de entregar este cuerpo que está lleno de gérmenes, lombrices, desechos, orino y heces malolientes, flema, sangre piel y carne, y que finalmente se reduce a cenizas.
Verso 30, Shri Guru Guita
Con admiración para Cristina Rivera Garza

Si pudiera pedir un deseo para quitar una debilidad, pediría dejar de llorar.
Es que lloro constantemente. Desde que era niña esa fragilidad me molestaba. En esa época yo misma me proponía evitarlo. Marcaba orgullosa en el calendario los días de la semana que habían concluido sin derramar una sola lágrima. Esos días eran de gloria personal. Pero cuando más contenta me sentía al creer que podía concluir una semana sin chillar, caía de nuevo por una circunstancia u otra en un espacio sin palabras y lleno de humedades.
Tal vez el periodo de más sequía fue en la secundaria, a pesar de los cambios de la adolescencia mis hormonas se volvieron benevolentes. Yo me volqué al deporte y mi sentimentalismo quedó sepultado con la típica arrogancia de la juventud. De ahí hasta la preparatoria tal vez lloraba lo que llora una mujer normal (?) Pero algo pasó. Son de esas cosas que no sabemos cómo las vamos adquiriendo o por qué razón permitimos hábitos aparentemente naturales pero que ya en exceso son una molestia absoluta.
Todos me ven llorar. Lloro en el cine, en el parque, por teléfono, comiendo en un restaurante, leyendo un libro, hablando de mi futuro, de mis decisiones tomadas, de mis miedos, de mi deslealtad, de mis errores. Ay, de esta cosa humana que soy.
Me da una furia terrible y creo que mientras más reprimo esa tristeza más brota el agua salada como para llenar muchos vasos a lo largo de mi vida. Pero lo peor de esas lágrimas, que no alcanzo a reprimir ni ocultar, viene al día siguiente o al poco tiempo después: una cruda espiritual que lleva tiempo poder sacudirme durante el día. Llega un cansancio físico y pesadez en los ojos; dolor de cabeza, comezón en la cara por tanta sal, ojos hinchados, en fin, una gran pérdida de energía.
Incluso, acaba de pasar hace unos días la luna llena, me he dado cuenta que no me crecen los colmillos ni me sale pelo en el pecho y espalda; sin embargo todo ese líquido que albergo y brota de mí, se incrementa cuando hay luna llena. Mi estúpido sentimentalismo está efervescente y minado. Lo he observado, no sé si tenga que ver con los ritmos circadianos, ni si hay una teoría científica que lo avale, pero de todos es sabido que la luna regula las mareas, los ciclos menstruales, el crecimiento de una semilla, las cosechas. En luna llena las heridas sangran más, por lo que no son las mejores épocas para una operación. La gente está más agresiva. Durante la luna llena se incrementan los partos y las enfermedades nerviosas. Incluso quien tiene un cabello muy fino y quiere aumentar su volumen debe cortárselo en este periodo. Insisto, yo no sé si haya estudios y libros que comprueben esto, que es un conocimiento desde nuestros ancestros. Pero si hasta en la cocina, al preparar la típica receta que utilizo desde hace años para hacer pan y agregar la misma cantidad de líquido,  si es luna llena la masa quedará más aguada. La masa necesitará menos cantidad de agua para amasar y mis ojos, ay mis ojos: luna, lágrimas y moco en conjunción con una gripe provocarán un intenso dolor de cara a la cuarta potencia. El mismo catarro hace que mis ojos se conviertan en frágiles diques que están a punto de desbordarse con líquido salado. Todos me ven llorar.
El colmo es cuando llego a beber en exceso; ahí están mostrándose las inoportunas lágrimas. Tanta razón tenía mi madre: “El que nace para triste ni borracho se divierte”.
  Me siento expuesta, exhibida, débil, imbécil. Mi llanto debería esconderse por decoro, para darle valor a ese sentimiento y que no se entienda ni como chantaje, ni como requisito melodramático y fingido. Un llanto tan exhibido pierde esencia, pierde legalidad, se vuelve una aliteración sentimental. Todos me ven llorar, chingao.





16 comentarios:

Alea Reygo dijo...

Toda debilidad siempre implica una fortaleza... Aunque a mi tampoco me gusta NADA que me vea llorar, pero no creo, en absoluto que sea un signo de debilidad, es una muestra de sensibilidad, o ¿no?

sol dijo...

Me siento identificada... que bien lo relatas.

a n i s h i dijo...

Eres toda sentimiento Carmen y cuando te expresas tal cual, más te quiero amiga, no tienes nada que esconder, nada que sea humano. Ahora bien, siempre es más agradable una sonrisa, claro que solo los tontos pueden estar siempre riendo, tontos, en el buen sentido de la palabra. Claro que Carmen, tienes demasiado cerebro para no llorar. Empeñémonos en atontarnos un poco y sonreír a la Vida, esa que tenemos tú y yo en común querida.
Un abrazo con toda mi cintura escapular.
Ana

guajolota dijo...

me dieron ganas de llorar...
...
¿será tanta agua? ¿tanta sal? ... y esa luna que no para de mirar... esa luna que de tanto que provoca hasta puede hacernos brillar. Sí, en junio esas lunas llenas hacen brillan una laguna misteriosa en Oaxaca. (unión de mareas, de hierba y de luna...)
... espero que esas lunas también te hagan brillar = )

Celeste Laviani dijo...

Mi querida llorona:
Aquí estamos, como siempre, mi Carmencita. De repente nos ausentamos un poco de la mamá Web pero aquí seguimos. Una gran disculpa por no haberte contestado a la brevedad. Me encantaría ver ese recetario. ¿Aún tienes?... Para enviarte la dirección exacta por mail, ¿te parece?.
Te mando un abrazo enorme, duradero y sincero. A tí y al buen Gonzalo.
Post data: A mí también me cuesta muchísimo contener las lágrimas. Creo que es una situación que me costará cambiar según corra la vida.
¡Se les quiere mucho!

Venecia de Septiembre dijo...

Yo también soy llorona. No comprendo nada. Así me gusto!

Excelnte post Carmen!

Carmen dijo...

Ja, ¿Venecia no comprende nada?
¿Y aun así le gustó mi post?

Eso sí está grave. Que tanto chillar y chillar y las lágrimas no se entiendan. Ayyy si esa es la tragedia de mi vida.

190.arch dijo...

Esto que dice Alea Reygo es muy cierto, "toda debilidad siempre implica una fortaleza..."
Pero, llorar es de veras una debilidad?. Qué tal que es tu fortaleza, Car?
Mira que yo no sé llorar, de verdad, me conmuevo pero no hasta las lágrimas y entonces mi sensibilidad está siempre en juego, como si no fuera auténtica. Mah...
Mi mamá es como tú, pero por más ejemplos que me ha puesto de lágrima fácil con o sin lunas, no he aprendido a llorar.

Un besazo chula!

Anónimo dijo...

Carmencita , que la red se confabula en mi contra y mis comentarios no aparecen en los blogs , que sepas que te llevo al corriente, a pesar que tampoco se actualizan muy bien.
que decirte, ( si puedes verlo ) pues que a mi no me importa llorar, qu soy muy llorona,lo mas , a veces siento emocionarme con cosas que no tienen sentido, pero es así , pero también me rio ,cada vez mas, que parecía que se me había olvidado un poco reir , te digo que solo hay una cosa que hace que me irrite llorar, se me escuecen los párpados y estoy convencida que se arrugan mucho mas , con lo que el bote de cremita baja,baja,baja; esto de los potingues debo superarlo, por lo demás ¡ soy una llorona, si!
besos

nicolececilia dijo...

además, esta luna estuvo peculiarmente jaladora y loca, todo se agitó más de lo normal!

Andrea dijo...

Hola, pues bienvenida al sindicato de lloronas: pero para mi es como cuando el clima esta pesado y caluroso y que llorar refresca un poquito el alma.
un beso!

andrea

Snatcher dijo...

demasiados electrógenos en este lugar

Juan Carlos Medrano dijo...

un texto espléndido y brutal

Gaviota_mx dijo...

Compañera de infortunios!! Ay Carmencita, si yo tuviera talento para escribir, habria escrito lo mismito!!!!

Cuando lloro sin razon y mi amorcito pregunta, solo acierto a responder: Crying is what I do!

Un beso

Pillo dijo...

Es verdad, en Luna llena a uno se le sube la tristeza, ven Carmen yo et abrazo...

RosaMaría dijo...

Leyéndote entiendo más a mi hija que llora tanto, al igual que vos. Parece frágil pero es tan fuerte! Seguramente hay una explicación para ello, a veces me pregunto si tengo algo que ver en ello. Tu reporte me ayudó a comprenderla más. Gracias, ves que también sos fuerte? Besos