"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

viernes, octubre 05, 2007

Mis vicios son otros

Mi amiga María, la colombianita ,me ha llevado por caminos de perdición. Hace ya varios meses que abrió para mí un mundo nuevo. Me llevó al mercado de Medellín en la colonia Roma y ahí en algunos puestos me mostró un montón de productos colombianos. Que si el famoso aguardientico anisado que tomaba la Gaviotica y su mamá en Café con Aroma de Mujer, que si una pulpa de fruta congelada para hacer agua de Lulo, arepas colombianas, empanadas, café, arequipe (cajeta, pero de vaca), y demás chunches para preparar comidas sudamericanas, incluida harina para pão de queixo, harina de yuca, yucas frescas, ñame, cebolla de verdeo, plátano macho verde. Interesante sería que se dieran una vuelta y se aventuraran a probar todo esto.

Ese día fuimos a conseguir las cosas para guisar un Sancocho que María me iba a preparar en su casa. Entre las muchas cositas que compré por curiosidad, me traje una bebida de malta que se llama Pony Malta. María no estaba tan entusiasmada cuando le pregunte si le gustaba:
-Mhh, pues en Colombia los niños la toman y les gusta mucho, es muy nutritiva, pero a mí no me gusta. Sin que me importaran sus preferencias yo decidí comprar dos botellitas que por cierto se me hicieron caras. $18.00 cada una, más que una cerveza Casta que cuesta $15.00 en un oxxo. Pero como me aseguró que sabían a malta, no dudé en gastarlo. El Sancocho que nos preparó estuvo buenísimo, lo acompaño con patacón de plátano, agua de Lulo y de postre nos dio obleas con arequipe, que Analuisa y yo terminamos lamiendo el frasco como gatas golosas.

La Pony Malta que traje a mi casa la metí al refrigerador y a los pocos días la probé. Ahh, ese sabor profundo a malta tan apreciado para mí, ligeramente caramelizada y cerealosa. Tan buena que no creí que no tuviera alcohol, un atroz descubrimiento.

¿Por qué? Porque desde entonces cada que puedo me tomo una o dos por semana. Otra cosa que he experimentado es que si la incluyo en lugar de agua para hacer pan, éste queda bastante aromático. Estoy tentada en preparar una masa agria, para hacer un pan más maduro e incluirle melaza, ya veré si lo experimento. También se me ocurre que como masa de pizza podría darle buen sabor. Es por eso que me lamento haberla conocido, porque mi presupuesto merma, y me siento como dicen los anuncios bobos: a todos en casa les encanta. Ahora por más que trato de olvidarme de ella, mi paladar reclama ese sabor. Chin, me he vuelto una pinche viciosa de una bebida sin alcohol, que bajo he caído.

8 comentarios:

El de-compuesto dijo...

La comida sudamericana es la onda. Yo soy vegetariano, pero con arepas soy feliz. A mí me también me gusta mucho la malta. Hay unas cervezas artesanales mexicanas que se llaman Caballero Águila, cuestan como 20 varos, pero son buenísimas. Supongo que han de ser como un punto medio entre tu malta colombiana y una casta.


Del Osvaldo Lamborghini, lo conocí por un ensayo de Bolaño en que habla de los panoramas de la literatura argentina. En la biblioteca Samuel Ramos de filosofía y letras en CU tienen los cuentos completos. Tadeys, sin embargo, lo sigo buscando...aunque me enteré hace poco que un profesor se hizo de unas fotocopias. Habrá que pedírselas.

Chilangelina dijo...

Por supuesto, ahora no solo quiero probar la bebida como tal, sino el pan que encanta a la familia. La proxima vez que vaya al DeFe no te salvas.

Oye, enfrente de ese mercado vendian unos tacos de cochinita pibil bien jefes, todavia existiran???

María Tabares dijo...

¿Que si bajo? Has caído bajísimooo. Pero no por mi culpa. Yo te dije que tomaras la Ponimalta con cerveza, que eso se llamaba refajo; sólo que tu no me quisiste hacer caso y te dio por hacer repostería. ¿Cuándo he podido yo ser una influencia no alcoholica de nadie?

Un beso y ¡salud!

nicolececilia dijo...

hmmm qué rico! yuca, plátano macho. una de las cosas que más me gusta del taller en el CICAM en la Roma es, precisamente, que está a dos cuadritas a penas, del mentado mercado medellín, y puedo darme el lujo (nunca pensé que diría lujo para referirme a esto) de comprar plátano macho VERDE y cocinar como en mi casa... uno de estos martes hay que hacer una cocinada en la casa, te parece? cuando conozcas a Miriam, del CICAM, se van a llevar muy bien. Ella también es brujita cocinera y hace pan. Ya quiero escuchar sus pláticas culinarias!

Pillo dijo...

yo quiero probarla...es tan adictiva como el tonicol?????

Pillo dijo...

perdona carmen..era broma..jajaja..pero si quiero probarla.....

Carmen dijo...

Naaaah, el tonicol no es adictivo. Es dulce. Esta es LA BEBIDA DE LOS CAMPEONES. jajaja así le dicen, yo qué.

Anónimo dijo...

Carmen:

En Cuba la misma empresa que hace las cervezas Bucanero también hace una malta del mismo nombre.

Es de sabor agradable, aunque sí, muy del trópico, dulzona y aguas si te mancha la ropa, no se quita.

De seguro se consigue allá junto al restaurante de Marco Rascón "Peces", en la colonia Roma, digo porque ahí venden cervezas cubanas.

Yo prefiero mi zarzaparrilla de Cuernavaca o Jalapa y el Tonicol, que es rico aunque creo que su vainilla es sintética.