El olor del Vainillino Cotorro

Estoy empezando a odiar al Chelo Ebrard y sus “ideas ecologistas” , la ciudad se vuelve un caos los domingos bicicleteros, y antes de que me digan que estoy ardida si lo estoy, yo no tengo bicicleta, ni lugar dónde guardarla, me queda bien cerquita Reforma y eso es parte de mi coraje. Mariana con la pata enyesada y yo tomamos un taxi para ir al Centro Cultural José Martí y presenciar la puesta en escena de los cuentos de mi amiga La Maga Martina. Llegamos a Rosales y nos dimos cuenta que estaban cerradas todas las entradas para llegar a un costado de la Alameda Central, la pobre dedos rotos de mi hija se quedó toda triste en el taxi que la llevaría de regreso a la casa y yo me bajé para irme caminando. Ya sé que mi caso es una frivolidad, pero ¿qué cuándo sea algo de urgencia y no puedes llegar a tu destino?

Sacado el coraje de mi hígado bilioso, y hablando de enchiladas, tengo que decir que el taxista traía colgado su Vainillino Cotorro, (para los que no sepan que es esto, es un aromatizante de automóvil hecho de cartón y está impregnado de olor a vainilla, tiene estampada una muñequita cabezona, con ojos grandotes con cara de enojada) el olorcito hizo que al bajarme del taxi me sintiera un poco asqueada y mareada, y eso que estuve apenas 5 minutos en el taxi. Con eso que tengo olfato de perro muchos olores me molestan. Pero tengo que decir que con el olor natural de la vainilla para nada me sucede esto.

La mayoría de los frascos de vainillas que venden en el mercado, no contienen vainilla, lo que venden es un producto sintético que se llama vainillina, ese que le ponen ustedes a su licuado con plátano dudo mucho que sea vainilla natural. Actualmente hay un montón de sabores y olores sintéticos de lo más insólito como el de las natas, tocino, consomé, leche, mantequilla.

El otrora auge vainillero de la llamada : “Ciudad que perfuma al mundo” Papántla Veracruz, se quedó en una leyenda. El darle en la madre a la selva para dar paso a campos ganaderos ha hecho que merme su cultivo, pues es una orquídea que necesita mucha sombra para crecer. Es por eso que el costo de la vainilla natural es alto. Yo compro medio litro de vainilla natural por 50 pesos en una fábrica en Gutiérrez Zamora y la atesoro con codicia para hacer mis postres. Pero aquí en México esa misma marca de vainilla llega a valer más del doble.

Yo no conocía la planta de vainilla, sólo la había visto seca en vaina, lista para usarse en postres. Fue precisamente en el restaurante totonaca del El Remolino (vean el post de más abajo) donde la tenían como si nada creciendo por las paredes.

En la fábrica de vainilla de Gutiérrez Zamora se dedican a hacer diferentes figuras con las vainas de las vainillas, sería más agradable que algún taxista tuviera una de esas virgencitas de Guadalupe, corazones, cruces, rosarios y canastas para aromatizar su taxi y no salga yo toda fumigada.