"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

viernes, abril 21, 2006

Una recreación

Para Juana de Asbaje y Ramírez

Esa noche, buscó con el astrolabio la osa mayor, era una noche sin luna, lo que permitió observar mejor. Reflexionó mirando la bóveda celeste y pensó en las verdaderas respuestas con que podría contestar su carta: la inteligencia no es privilegio exclusivo de los hombres; pero lo que estaba en discusión era el derecho al ejercicio intelectual femenino.

Al día siguiente, bajó por los escalones leprosos y húmedos y se dirigió a la cocina, recordó que unos meses antes había escrito bajo preceptos ajenos varios sonetos amorosos, que después leyó en la en la corte. Ahora las consecuencias de sus actos terrenos la habían alcanzado irremediablemente. Trató de ser una equilibrista de su conocimiento caminando por el filo de la navaja.

En la cocina volvió a reflexionar sobre las respuestas, pensó que su literatura había sido edificada bajo un cimiento de prohibición. Buscó las letras pero ahora en su recetario: ¿cómo preparar Manjar Blanco?, no le llamó la atención que fuera una receta que utiliza pechugas de pollo con almendras y azúcar; era usual mezclar lo dulce y lo salado en un mismo platillo.
Después comenzó a preparar una jalea de pera, y entre sus observaciones culinarias, que la llevaban a meditaciones de física experimental: añadió un poco del almíbar de unos membrillos, para darle un cuerpo homogéneo a la jalea. Amargamente pensó: “Qué podemos hacer las mujeres sino filosofías de cocina”

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