Siempre que comienza un año, entre abrazos y buenos deseos, brindis, despedidas de una era maya y el inicio de un nuevo baktún; resulta que me embarga además un terrible remordimiento: comí demasiado. Me encuentro entre los participantes que cumplieron sin dificultad el famoso maratón Guadalupe-Reyes. ¿Ustedes se encuentran en las mismas?
Pero no hablaré de propósitos, ni hablemos de dietas que seguramente no cumpliremos. Sólo nos queda aceptarnos y conocernos. En mi caso conozco mi gula, mi pasión por cocinar y por descubrir sabores nuevos. Sé perfectamente que no me voy a dedicar a sólo comer ensaladas, evitar grasas y excesos de azúcar. Tampoco dejaré de hacer panes, pasteles y por supuesto al salir de paseo no me voy a contener consumir los antojitos locales o los platillos típicos. No señor, nada de eso. Cocinaré, comeré, hornearé panes y postres. Cuando haya la oportunidad de pasear y comerme esas sabrosas Tlayudas con Tasajo de Oaxaca, claro que lo haré. Lo que sí ya no sé qué hacer con mi papada y mis cachetes. Ya no tengo la voluntad de hacer una rutina semanal que de verdad cumpla cabalmente. Algo me impide ser la mujer salvaje y vigorosa que antes era. Se va mermando la energía.
Al menos lo compenso un poco con la comida austera que preparo diariamente para Gonzalo, pero siempre se cuela por ahí algo más que saca de la rutina, me hace engordar y ayuda un poco a publicar algo en este blog.
Hace muchos años, cuando era niña, en la casa de mi madre ella preparaba este platillo. Lo hacía pocas veces, sólo cuando conseguía un queso de bola holandés. En ese entonces se compraba solamente en la fayuca; es decir con gente que traía cosas importadas, sin pagar impuestos. No era como ahora que los quesos y las mantequillas danesas las venden en cualquier supermercado. Estos productos entraban por la zona libre de aduana de Chetumal, Quintana Roo; supongo que por eso se hizo un platillo que se consume en el sureste del país. Mi madre como buena campechana lo sabía hacer.
He visto muchas formas de presentarlo y sobre todo de ahuecarlo. Hay quien lo parte a la mitad o le hace un hoyo enorme. En casa mi madre tenía el cuidado de hacerle un pequeño corte en la parte superior, un cuadrito y luego guardaba esa tapa. No le quitaba ni el celofán ni la cera roja que lo cubre. Una vez abierto todos los hermanos íbamos ahuecándolo y sacábamos el queso con una cuchara. Así duraba varios días y el queso iba haciendo más seco y duro. Dejábamos únicamente el cascarón del queso. Luego había que echarle porras a mi mamá para que nos lo hiciera relleno, pues a ella no le gustaba cocinar. Nos lo servía con arroz blanco, yo recuerdo que era un platillo delicioso, con el queso derritiéndose sobre la carne. He visto que lo sirven con caldos o en sopa, a mi me gusta seco, con una pequeña salsa de jitomate si así se prefiere al momento de servir.
Así que en diciembre conseguí un queso de bola tamaño mini, eso me gustó mucho porque no era demasiada la cantidad de queso que me obligaba a mi sola a consumirlo. Lo rellené y disfrutamos mucho mi hija y yo. Aprendió a cocinar este platillo yucateco-campechano-quintanarroense que nos preparaba mi mamá.
Queso de Bola relleno
¿Qué necesito?
1 queso de bola, Edam (en mi caso conseguí uno mini 850 gr.)
800 gr. de jitomate
1 poro
2 ajos picados
2 cucharadas de aceite
500 gr. De carne de res y cerdo molida, con una sola pasada.
1 taza de almendra picada y pelada
1/2 taza de uva pasa
1 taza de aceituna picada
¼ taza de alcaparras
Hierbas de olor
Una tela de manta de cielo para envolver el queso
Para la salsa:
800 gr. de jitomate asado y pelado sin semillas
3 ajos asados
1 chile serrano asado
Tomillo al gusto
Pimienta al gusto
Sal al gusto
¿Cómo lo hago?
Compre el queso, le hace un pequeño corte en la parte de arriba a modo de sacar una pequeña tapa. Guárdela y no la pierda como me pasó a mí. Dedíquese a irlo ahuecando a lo largo de varios días, consumiéndolo en lo que usted guste. No le quite la cera ni tampoco el papel de celofán en que viene envuelto. Tenga cuidado de no romper el queso en el fondo. Debe quedar un pequeño cascarón pero con un ligero espesor de queso alrededor.
Pique el poro en rodajas, déjelo sofreír con el aceite, el ajo. Incorpore el jitomate picado y sazone. Una vez cocido el jitomate agregue los demás ingredientes y la carne molida. Yo no le pongo sal porque la aceituna y las alcaparras le aportan la necesaria. Deje secar completamente, que no quede rastro de humedad en la carne (si le parece que le falta sal, rectifique en este momento) y deje enfriar.
Quite el papel y la cera que cubre el queso, si está demasiada pegada la cera habrá que rasparla con un cuchillo y agua caliente hasta que se retire totalmente.
Rellene el cascarón de queso de bola y cúbralo con una tela de manta de cielo,(yo la rocié con antiadherente para evitar que se pegue al queso) amarre y póngalo a baño María en el horno 180° por 1 hora.
Ponga en la licuadora los jitomates asados, el chile, tomillo, pimienta y el ajo. Cocínelos en una olla hasta que se obtenga una salsa espesa y rica para acompañarla sobre el queso relleno en cada porción individual.
Saque del horno el queso, retire la tela que lo cubre, corte con cuidado de no quemarse. La forma íntegra del queso depende mucho de qué tanto tiempo haya sido ahuecado y luego relleno. A veces si está muy tierno se derrite con mayor facilidad.
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Hace 12 años.
9 comentarios:
Carmen,
mi esposa anda platicando de las maravillas de esta receta desde hace años.
Ahorita voy a pegar esta entrada de tu blog en su "muro", seguro que le va a encantar.
Un abrazo!
Hola Carmen: la quiero hacer, la tengo en mi recetario de la Haciendd Teya... :D y ya viéndolo así , así, se antojja más!!!
Un abrazo fuerte, feliz año :D
Gracias Flavio, tu esposa sabe del buen comer. Espero lo haga pronto y te guste. Abrazos a los dos.
Pily: Fíjate que me acabo de dar cuenta que se me olvidó poner en los ingredientes pasitas. Como buen picadillo debe llevarlo. Hazlo pronto y me cuentas.
Abrazos gordos
Lo he visto varias ocasiones pero nunca lo he probado, debe ser delicioso, sabes tienes razón a pesar de que ya casi ruedo jajaja, no puedo dejar de comer las delicias de mi país ni modo tendré que controlarlo un poco pero dejar de comer nunca, no podría dejar de hornear pan es una debilidad que no puedo con ella, tendría que cerrar el blog y eso no me agrada jejeje, besos amiga cuidate.
Carmen, tengo mucho que leerte!
Yo una vez vi como lo hizo una amiga yucateca, y lo probé en su casa. Ella lo sirvió con una salsa blanca llamada kol. Tengo la receta pero no me he animado a hacerlo.
Un abrazo de Año Nuevo 2013!
La verdad sea dicha.. también voy a seguir comiendo!
Vaya receta tan rica, me encanta la idea, qué delicia.
Feliz 2013 para ustedes
Pues yo creo que deberías llamarlo yucateco-campechano-quintanarroense-holandés, que al fin y al cabo, el queso viene de ahí. Es curioso, pero en las tiendas de queso en Holanda casi no se ven estos quesos tan chicos. La mayoría son quesos enormes, como una rueda de automóvil. Bueno, si encuentro un queso de bola pequeño, a lo mejor me animo y lo hago, porque debe estar bien bueno.
Un abrazo
Mi querida amiga,
Como siempre, es un placer pasarme por tu cocina. Aquí encuentro unas recetas exquisitas, sencillas. Definitivamente, me la copio... y ya la pondré en marcha!!!
Un beso,
IDania
Que delicia de plato! El queso es mi perdición y así presentado se lleva mis aplausos. Creo que no dejaría ni un poquito en el plato!
Cariños
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