"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

viernes, diciembre 24, 2010

Ya estoy acá

Se enfría la mano, sí señor, cómo no. Uno va dejando pasar el tiempo y de repente se pierde el ritmo y hasta el compás. El día no alcanza para terminar todo lo que se tiene que hacer y no es suficiente trabajar doce horas diarias. La sonrisa a lo largo del día se transforma en una mueca de cansancio y lo que busco no tengo ni idea donde estará o dónde lo guardé y seguramente aparecerá cuando no lo esté buscando. Abrir cada caja de la mudanza a veces puede ser una calamidad por no tener dónde colocar eso que está adentro y otras veces se vuelve un alivio al encontrar aquello que se buscaba, es una sorpresa abrir cada caja,  a pesar que se clasificó todo lo que se empacó, porque uno no puede agregar en esa lista todo lo que contiene.

Y no, todavía no he encontrado mi cabeza,  ya tengo una cámara nueva pero no sé aun bien a bien como funciona. Sin embargo no quería dejar al menos de escribir y desearles una feliz Navidad. Hoy por primera vez en muchísimos años la pasaré con mi madre. Tenía más de 30 años que no vivía con ella, adaptarnos mutuamente a sido difícil, sin embargo disfruta todo lo que le doy de comer. El clima de la ciudad es espléndido, hay algunos atardeceres en los que se puede apreciar el sol como si estuviera en el Pacífico, se aprecia el sol redondo y bello perderse en el horizonte y por supuesto que no extraño a doña Perra y sus perritos, nada de olores feos, estoy encantada. Tengo buenos vecinos, ahora con gallos que cantan toda la noche, ay.

Ya vendrán tiempos en que pueda escribir con mayor regularidad, necesito descansar, han sido días muy intensos. Sean felices, regalen afecto, abracen y déjense abrazar por la dicha. Reciban mi aprecio y agradecimiento.