Yo llegué como siempre: pidiendo mis tacos de bistec y chorizo, luego mi agua de guayaba, piña, alfalfa, limón y pingüica, cuando lo primero que hace es reclamar:
—¿Seguro que los va a querer, porque luego se queja que no le gustaron?
—¿Yooooo?
—Sí, usted y luego me reportó con el cajero, fue hace como tres meses, venía vestida con unos pantalones rojos, una blusa roja también y unos aretotes de plástico.
—Ah, entonces no fui yo, yo nunca he tenido pantalones rojos ni aretes de plástico. Pero ahora que lo menciona ya me acordé que sí, usted me dió unos tacos con chorizo bien pero bien quemado. Eso le quitó todo el romanticismo que tenía con mi taco, y sí, también se lo dije al cajero cuando pagué, porque ni me lo comí.
—A usted y a muchos les gustaría que me corrieran, pero eso no lo van a ver nunca. Otros ya quisieran tener mi puesto, además, yo no tuve la culpa ese día, el chorizo salió así.
— Ay hombre, usted me resultó más sentido que un jarro mal cocido, yo no quiero que lo corran. Fíjese, si regreso es porque me gustan los tacos que usted hace, me gustan las tortillas y los felicito porque quitaron esa máquina que sacaba las tortillas tiesas, estoy viendo que regresaron a hacerlas a mano otra vez.
—Eso fue porque yo se lo pedí al dueño, (al decir esto, levantaba con orgullo su pecho golpeándolo con el trinche con que voltea la carne) muchos clientes como usted se quejaban de las tortillas.
Ya para entonces mis tripas también me reclamaban y chillaban de hambre, yo nada más lo miraba picar la carne sobre la plancha, poner la tortilla y colocar los tacos en el plato para entregarlos a los demás clientes. Para que luego éstos, acompañaban sus tacos con alubias, salsas de distintos chiles, nopales, guacamole, papas, pápalo, pepino, rábanos. ¡Ay ya señor, qué no ve que me voy a desmayar!, ¿qué más quiere que le diga?
Me la hizo cardiaca el condendano taquero, se divertía viéndome que hasta sudaba cada que entregaba un taco y no iba dirigido para mí, se hacía el digno, el muy ofendido. Si hubiera sido en otro lugar por menos que eso me doy la media vuelta y ahí lo dejo con todo su rencor a flor de piel. Lo que hace uno por comerse un buen taco, es que una de las salsa que hacen ahí es mi delirio. Está hecha con chile puya y no sé como la hacen pero a mí no me queda igual.
Finalmente me atendió, seguro pensó que le iba a llenar de baba todo el puesto. Me sirvió mis tacos y de verdad que estuvieron deliciosos. Esperaba que le diera mi opinión de las tortillas y de la carne, quería oir la aprobación determinante, hasta que finalmente terminamos él y yo muy cuates.
De todos modos no me arrepiento. Si nos quedamos callados hasta en estas tonterías nada va a mejorar. Ya sea un restaurante de lujo o una taquería, uno como comensal tiene el derecho de manifestar nuestro descontento por algo que no está en su punto.
14 comentarios:
Carmen no se vale, estoy babeando con las fotos, imaginandome estar ahí contigo aguantando el tipo mientras el taquero te echaba la retahíla del chorizo quemado ejejejej
que hambre a las 7 de la mañana.
saludos
alinita
Un día que vaya a México llévame.
Por cierto, mi marido y yo escuchamos el programa de radio en el que te entrevistaron. Estamos enojados con el conductor, mi marido más, no lo bajó de pen... y eso. Pero tú estuviste regia.
oye pero que digno resulto. y luego dicen que las que hacemos drama somos las mujeres...
Pcuando uno le hecho el corazon a la prepacion de la comida, pega en el orgullo si alguien dice algo del platillo.
se me antojo la tortillita recien hecha
Mmmmm...sólo dime en que pasillo y voy mañana mismo. Vivo cerca de ahi,jejejeje.Se me antojó el chorizo pero no quemado
Un título muy adecuado. Si una descripción de ropa de una clienta de hace meses es buena, con más razón será su sentimiento por el reclamo.
Que gran relato. Se vive en cada renglón la escena, maxime acompañado de tan buenas fotos. De verdad que suda uno intentando saborear cada ingrediente de esos tacos y esa salsa verde tan llamativa. He disfrutado mucho de este post. Saludos.
anduve ausente.
ya llegué.
salú por el inventor de tacos.
abrazo.
Alinitaxula: De eso se trata de levantar los sentidos.
Chilangelina: Ayy, ¿verdad que sí? Nefasto el tipo, guácala.
KC: Normalmente siempre son de lo mejor esos tacos, ´pero pues al mejor cocinero se le quema el chorizo, jo.
Brenda: En el pasillo F-G en la esquina bajando por el estacionamiento de arriba. En la sección de abarrotes. Te tomas un agua de alfalfa a mi salud.
Capricornio, curiosamente el hombre se acuerda del sentimiento, pero no así de la vestimenta. Como le dije yo no uso aretes de plástico ni pantalones rojos. Un abrazo.
Juan Carlos: Salú
carmen: que buen articulo sobre tu historia con el taquero, mientras terminabas el relato a mi tmb me tenias babeando y es que hay que reconocer que para tacos, solo en la cd de mexico......provecho
Caray Carmen, pues con esas fotos, vamos a hacer reunión de bloggers y nos vamos a comer unos tacos!!
yo no conozco el chile puya :(, cuál es?...
pero amo las salsas
y sí, hasta en eso hay que decirles, el comensal tiene derecho por dios!, ya ves, qué bueno que regresaron a las tortillas a mano ;)
como siempre, buen post y vaya memoria la del taquero jeje
jajaja.
Pues si te quejaste con el cajero y el cajero le echó su cosecha, pues claro que se iba a acoradr,jajaja
Se ven riquísimos los tacos. Hasta me imagine los olores. mmmmm delicioso ;)
Caray, que envidia, se me antojaron los tacos, se leen muy
sabrosos, hasta se me hizo agua la
boca. Saludos.
chales, lo que venía a comentar ya lo dijo la chila.
me puedes dar un tour gastronómico?? estaría poca madre... juro que yo sí pagaría :D
ay Carmen...que antojo con este post!!!!!!
bien hecho por lo del reclamo ;)
jajaja, ojala el taquero tuviera un blog y que nos contara de como te hizo sufrir. Muy chido post
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