"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

viernes, mayo 22, 2009

Porky Pig es inocente

En el libro de Paco Ignacio Taibo Breviario de la Fabada, reproduce una parte del poema de José Emilio Pacheco: Preguntas sobre los cerdos e imprecaciones de los mismos: “Nadie llora al morir más lastimero, interminablemente repitiendo: y pensar que para esto me cebaron. Qué marranos, qué cerdos, qué cochinos”

¡Qué cochinos los humanos que acusamos al cerdo de tantas cosas horribles!, los agarramos de puerquitos de todos nuestros errores: que si el cerebro estúpido de un expresidente se debe a una cisticercosis, que si la gripe porcina, que si el virus A/H1N1. ¡Nada!, la culpa la tiene la humanidad, por no limpiar los chiqueros y por no ir a votar. Por la avaricia en la cría masiva de animales, el hacinamiento y los métodos de matanza más salvajes que pueda haber.

No hay animal más noble y a la vez más martirizado que los cerdos. Todo su cuerpo y sus secreciones son utilizadas y explotadas por nosotros, seres aprovechados y hambrientos de carne y grasa. Glotones de tacos de maciza, de buche, de cachete, de trompa, de nana, de chiquita, de cuerito, de tripa, de pastor. Humanos carnívoros, ávidos de cecinas enchiladas, de chistorra, salchichas, chicharrón, chamorro, chorizo, longaniza, jamones, tocino. ¿Que tú no consumes carne de cerdo porque te da asquito? Pero eso sí, ahí va el presumido gentleman vegetariano caminando por la ciudad con mocasines, billetera y cinturón de piel de cerdo porque le gusta la comodidad, se encuentra con una joven modelo espiritifláutica que desayuna su gelatina light.


En cambio yo, que sigo perteneciendo a la tribu y acudo al rito alrededor del fuego, siempre soy convocada a cualquier lugar para promover, reivindicar y escribir bondades sobre la carne de cerdo. ¡Qué viva el festejo!, aquí no ha pasado nada, todo fue un susto y un descalabro que aun continúa sangrando en el sector porcícola, pero mira que hospitalidad, pero mira que de cazos con manteca hirviendo perfeccionando el sabor de la carne, pero mira las tortillas todas hechas al momento, acompañadas con las salsas de diferentes chiles, pero mira que nos vamos a reponer, pero mira que alegría es ver comer a la gente. Ah, y sí vieras que ricos saben los besos después de un atascón de carnitas, se alargan de manera inevitable, se pegan los labios en un beso dilatado, basto, prolijo, como el cerdo.
Los animales invisibles
Antes, a nadie le habría resultado fácil olvidar que las carnes de cerdo y de vaca eran el resultado de una intrincada asociación simbiótica entre los animales y los seres humanos. Eras improbable que uno olvidara que habían muerto cerdos y vacas para que la gente pudiera comer, porque los veía paciendo en los prados vecinos y visitaba con frecuencia los corrales y mataderos donde entregaban sus vidas al servicio de la comida diaria de uno (…) Con el paso del tiempo, pocos de los que comían carne podían decir que habían visto a la criatura viva cuya carne estaban masticando; y menos aún podían decir que habían matado personalmente al animal. En el mundo de los alimentos envasados, era fácil no acordarse de que comer era un acto moral, indisolublemente ligado a la muerte (…) La carne era un paquete pulcramente envuelto que uno compraba en el mercado. La naturaleza no tenía mucho que ver con ella.

William Cronon, Nature´s Metropolis; Chicago and the Great West, 1991

10 comentarios:

190.arch dijo...

Viva el hermano Cerdo!
Es mi animal favorito, no es porque ahora mismo hay que irle al puerco, sino que la palabra y la bestia (cerdo, cerdillo, puerco, puerquillo, cuinito) me gustan mucho, al grado de decir "estoy contenta como un cerdo" : P

cristina caballero dijo...

la cita es de un poema de José Emilio Pacheco...creo que es importante aclararlo. Saludos

Carmen dijo...

Oh, perdón, tienes toda la razón Cristina, lo siento, está en el libro de Paco Ignacio Taibo, pero por supuesto que pertencea a José Emilio Pacheco.

Lo que me pasó es que me quedé sólo con la referencia del libro del español.

Gracias

Raquel A Mtz dijo...

una oda al cerdo....inocente animalito que no tiene la culpa de nada, dicen que lo de la influenza fue simulado una cortina de humo para poder legalizar la droga y que nos olvidaramos de la crisis...pero los cerdos la pasaron a amolar, y de paso el turismo, cines, teatros, etc....todos de algun modo u otro la pasamos mal...pero si nos comemos unos tacos de carnitas con unas cervezas en alguna playa de mexico.....quizas se compongan las cosas o se olviden momentaneamente....saluddddddd

kc dijo...

mmmm ya hasta me hiciste sentir culpable de mi comilona de ayer. tacos de pastor, chicharron y unos frijolitos rebosantes de manteca.

que culpan tienen los puerquitos de ser tan deliciosos.

la pelicula este de BABE es una de mis favoritas ...bien tierna

Lluís Salvador dijo...

Hola:
Ya debes saber que el corazón más parecido al humano, el que se ha estudiado como posible fuente de trasplantes, no es el del chimpancé, ni el del orangután, ni nada: es el del cerdo. Desde que me enteré de ello siempre he creído que la humanidad, lo que estaba haciendo era una especie de canibalismo encubierto :)
Y puesto que tanto se nos parecen, y tan bien nos alimentan, y tan mal les tratamos, viva el cerdo, en efecto.
Un saludo!

Nora dijo...

VIVA EL PUERCO!!! Las carnitas, los tacos de oreja, buche y maciza! Carmen como siempre leyéndote me arrancaste primero una sonrisa y luego carcajada.
Pues si nuestro genoma se parece mucho al del cerdo, será por eso que nos gusta tanto?

SALUDOS!

Wilka dijo...

viva el Cochino!, has estado delirante, como siempre Carmen!

Besos!

TERRITORIO GOURMET dijo...

Hola, Carmen.
Felicidades por tu blog. Quiero incluirlo en los links del recién abierto blog de la revista Gastronómica de México. Date una vuelta por ahí, nos encantará tenerte como colaboradora invitada.
Saludos,
Luz Alvarado
Coordinadora Editorial

Carmen dijo...

Parece que todos los que comentaron están de acuerdo que el cerdo MERECE UN MONUMENTO más que ninguna otra cosa. ¿Qué tal eso de hacerle un monumento al chamaco que sobrevivió del primer caso registrado de influenza? Ahh que ridículos somos los humanos, me cae.


Luz Alvarado: Pues gracias por el vínculo y felicidades en el blog.