Que las mujeres mexicanas saben a Chamoy: agridulces, saladitas y picositas.
¿Así o más estúpido? Eso fue lo que me dijeron.
Yo no sé si ofenderme o aceptarlo como un halago. Hace mucho comentaba con un vendedor de dulces que los mayores consumidores de tamarindos con chile, los chamoys, los mangos enchilados y todas esas cositas eran las mujeres.
La verdad a mí me encantan, y luego esas jícamas como paletas revolcadas en chamoy y cubiertas de diferentes polvos ya sea de lucas, piquín, miguelito, tajín, pura sal pintada de colores con un poco de chile sería la traducción exacta de lo que se traga uno. Pero es que...es una necesidad, de repente me embarga un antojo de algo agridulce y salado, con una ansiedad como si fuera tamarindodependiente.
Martha me llevó el otro día a un lugar que se llamaba: La vida sin chamoy no es vida, vendían raspados de chamoy, tamarindos con chile, infinidad de mugritas aciditas y saladas, especiales para mandar al hospital a cualquier hipertenso, o para perforar úlceras. Me acordé de mi amiga Lourdes y pensé en lo feliz que podría ser si viniera a este lugar y llevarse una buena dotación de sal y chile. Si ya hasta venden el Miguelito líquido por botella, ¡qué horror!, come frutas y verduras pero con chamoy.
1 comentario:
DEFINITIVO: UNA ENCHILOSA NECESIDAD LA DE COMER ESAS COSAS!!!!!!
SALUDOS, COMO SIEMPRE, HERMOSO BLOG, ORIGINAL Y CON SABOR!!!!
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