Espero que un viento reparta hacia el sur y a ultramar un pequeño abrigo de consuelo, de guiños que templen sus suspiros en la distancia.
A veces las nubes son largas y no pasan rápido, se quedan ahí, ahondando la tristeza. Pero siempre habrá una pequeña acción que repercuta en nuestras vidas, para creer en ese poder misterioso del Ser del mundo y aguardar imposibles milagros.
7 comentarios:
Carmen, paso a agradecer tu comentario generoso y a paladear las texturas de tu espacio en el que, de entrada, palpita la misteriosa cercanía de lo lejano.
Un gusto estar ante estos platillos suculentos.
Saludos...
Igual no cuenta mucho, pero van mis mejores deseos y buenos pensamientos para que lleguen los momentos que valen la pena en la vida...
Alejandra
Terrible, una vez a mí también me salió una niñita en posición fetal adentro del café, le daba al Mocha un sabor amargísimo.
Tan bonito esto.
Si yo hubiera sido quien pintó esto, seguramente lo hubiera hecho mientras pensaba que a veces quisiera ser tan pequeña para ocultarme en una taza, que me cubrieran con azúcar, café calientito con un poco de leche y que Felicidad me sorviera mientras le sonríe a Tristeza.
fue fácil localizarlo. nubes que parecen no moverse? un poco eso, pero es más una sensación de opacidad, como si todo estuviese cubierto por una capa mínima que asfixia,inmoviliza, algo así...
a veces pasa y hasta consigue una concentrarse en alguna cosa...
besos
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