Ocho materias y dieciocho libros nada más para una sola clase, ver y comprar la primera temporada de 24, leer varios libros de guión para consulta, ir al teatro, leer teatro, leer una novela que me guste y observar cómo se presentan los antecedentes del personaje, tener preparado mi primer capítulo de la novela, hacer análisis de varios libros de poesía, ir al cine, leer el periódico y solazarme con la las contradicciones del Peje para estar al día, oír radio y hacer lo mismo, terminar de leer la novela que estaba leyendo en vacaciones, leer literatura infantil y juvenil. Atender a una familia y hacer comida con una sola mano, vigilar a una mamá ochentona que se caé un día sí y al otro también.
-¿Qué has escrito?
-Pues, muy poco, casi nada que valga la pena.
-¿Qué no sabes que si estás en una escuela de escritores es para que escribas?, mínimo todos los días, pero algo tienes que escribir.
Doloroso pero contundente, tengo que reconocer que desde que estoy en la SOGEM, mi escritura no ha sido próspera, parece que esa "enjundia jozosa" se ha ido desinflando con todos esos requisitos que se necesitan para fortalecer a un escritor. Dejaré de comer y cocinar menos, dejaré de dormir seis horas. Mis días tienen que ser más largos.
Ah, y obviamente lo que escriba en este blog no cuenta, esto es para despejarme un poco del corsé que constriñe.
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