Dice José Vasconcelos:
Escribir libros es un triste consuelo de la no adaptación a la vida. Pensar es la más intensa y fecunda función de la vida; pero bajar del pensamiento a la tarea dudosa de escribirlo mengua el orgullo y denota insuficiencia espiritual, denota desconfianza de que la idea no viva si no se la apunta; vanidad del autor y un poco de fraternal solicitud de caminante que, para beneficio de futuros viajeros, marca en el árido camino los puntos donde se encontrado el agua ideal, indispensable para proseguir la ruta. Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y termina con melancolía.
Ahora me pregunto yo: ¿Qué es acaso el escribir en un blog? ¿La no adaptación a la vida o simplemente el hecho de pasar por la vida y decir algo? Considero que, también traer en la cabeza las ideas sin escribir puede derivar en graves abismos de melancolía, de esos que me atacan y me obligan a escribir aunque sea para mí.
Choc Chip Cookies
Hace 12 años.
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