Hay muchísimas carnicerías, esta foto la tomé en diciembre, había largas hileras de carne que colgaban en todos los puestos.
Venden unos panecittos muy buenos de maiz y de trigo
Estos son tezcales salados y dulces, con un grano martajado, muy rústicos
Hay tamales de elote y tamales de dulce con pasitas, los pintan de un intenso color rosa mexicano, seguro las tripas se ponen de ese color. También venden tamales de ciruela, es una ciruela que la venden seca especial para tamales o para hacer atole. Yo ya probé todas estas cosas.
Estas galletas de maíz son las favoritas de Gonzalo, al principio me parecían muy secas, pero no, son buenísimas con el café, son polvorones de maíz cacahuatzintle, se siente el grano tosco, seguro que amasadas con manteca de puerco. Tienen un sabor muy parecido a las gorditas de la Villa de Guadalupe, pero su consistencia es distinta.
Este queso dicen que lo hacen en el estado de Guerrero, es un queso añejo enchilado, iguales como los que venden en el D.F. pero aquí abunda cantidadades generosas, lo venden también en bloque para construir casas, ja. Hay muchos puestos en el mercado que lo tienen de pared a pared, le llaman queso de cincho, es especial para rellenar chiles, para los huazontles o rellenar peneques.
Esta es yuca o yucamote en un atole pintado de rojo, la insistencia por el color me parece repulsiva. A mí me gusta la yuca sola con un poco de miel me maple y una gota de limón.
En las bolsas de plástico hay jumiles, después de que narré aquí lo que me pasó con ellos ya no se me apetecen para nada, además estos están enormes. En la orilla de abajo hay chapulines, arriba hay semillas de guaje (estas merecen un post aparte) y al lado varias latas con arrayanes. Los arrayanes no los conocía frescos, por supuesto que los compré y me vine a hacer agua de arrayán y atole. Qué fresca. Me acordé de Lucas Lucatero en el cuento de Juan Rulfo cuando les ofrece a las mujeres agua de arrayán.
Es de la misma familia que las guayabas, pero su tamaño mucho menor, sólo tienen una pequeña semilla.
Estos son los zompantles, colorines, gasparitos, pichojos, poró. Cualquier nombre que le quieran dar, es delicioso. Son las flores del árbol del colorín, con el que se hacen silbatos vegetales, poca gente conozco que los sepa hacer, mi mamá me enseñó a silbarlos. Me gusta comprarlos cuando ya los venden limpios, es decir que ya le quitaron los pistilos y los desprendieron de la "piña".
Usé tres tazas de colorín, las puse a hervir 5 minutos con una piedrita de tequesquite y un poco de sal, los colé, le puse un poco de harina de garbanzo, (sí, porque me gusta más el sabor que le da a los capeados), batí 3 claras a punto de turrón, puse la yema al final y un poco de sal.
Las freí en aceite bien caliente y las serví con una salsa de chile morita y unos quelites con sal que puse a la plancha. También se sirven con salsa de jitomate, a mi me gusta en cualquier forma.