Últimamente cocino de lo más sencillo y austero, no hago nada espectacular. Si esperan que esta entrada venga acompañada de una receta extravagante y lujosa para lucirse en las fiestas de fin de año, mejor pasen de leer lo que viene. Esta ha sido una de las principales causas por las que he tenido desatendido este lugar y he publicado a cuenta gotas. La comida que preparo se aleja de la sorpresa y descansa en la sencillez (a pocos les interesa visitar un blog con cosas así).
Y es así que se acabó el año, se acabó un ciclo y comienza otro. Pero no quiero dejar de agradecer el cariño y su compañía que siempre llena de entusiasmo e impulsa a seguir a pesar de los problemas personales, las fallas de mi computadora o la escasa imaginación para acompañar mis textos. Deseo con el alma que todo esto cambie.
Esta receta va muy bien para un almuerzo familiar. A mí me recuerda los viajes cuando visitábamos a la familia de Gonzalo y siempre había esa fruta omnipresente en la comida veracruzana y del sureste de México: PLÁTANO MACHO. Musa paradisiaca, utilizada por Linneo. Que el nombre viene de una tradición cristiano-islámica según la cual el plátano era la fruta prohibida del paraíso.
No conozco a nadie que no le guste el plátano macho. Este platillo me encanta porque es perfecto para acompañar los huevos fritos, una carne asada, unos chilaquiles, un café negro, o simplemente solos. Es delicioso y sencillo; virtudes que se agradecen. Es muy parecido a esta otra receta que publiqué hace ya tiempo, en este caso es más sano porque no va frito.
¿Qué necesito?
1 kilo de plátano macho maduro ( puede ser un poco verde, pero como me gusta más dulce lo prefiero maduro)
2 tazas de frijoles refritos
4 cucharadas de mantequilla
Queso fresco rallado
¿Cómo lo hago?
Los plátanos se cuecen con agua hasta que estén suaves, se escurren, se pelan, se machacan y se les agrega la mantequilla. Se forma una pasta suave con ellos y con la mitad ella se cubre una bandeja de horno o el fondo de un refractario engrasado.
Después se coloca la capa de frijoles y otra del queso rallado. Se cubre con la otra mitad de la pasta de plátano y se mete al horno a 180° C por media hora. Se puede poner cubrir sólo una pequeña capa o cubrir completamente. Les muestro las dos versiones.
Podrán ver que una parte le puse queso y la otra no tiene por cuestiones de dietas austeras para Gonzalo
Felices fiestas. Sean felices.