"Porque es nuestro existir, porque es nuestro vivir, porque él camina, porque él se mueve, porque él se alegra, porque él ríe, porque él vive: el Alimento"



Códice Florentino, lib,VI, cap.XVII

miércoles, mayo 02, 2007

Al mercado y con libro



Desde que entré a la SOGEM dejé de comprar libros de cocina porque había que comprar otros de literatura, además de que no tenía tiempo para disfrutarlos y resultaban un lujo que no podía darme en ese momento. Durante esos dos años pasaba como autómata cerca de ellos, de repente los veía y me hacían un guiño seductor, los miraba, me dejaba atrapar por sus fotos, sus recetas, hasta de su olor me deleitaba porque huelen diferente, pero finalmente no me comprometía y me apartaba de ellos como si tuvieran roña. Hace una semana fui a una libreria ex profeso a buscar alguno que fuera lo suficientemente atrayente, encontré algunos buenos, otros no tanto y el famoso libro que buscaba nunca me acordé ni de su nombre, ni de su autor, así como ni idea de dónde dejé la nota con sus datos.


Estuve a punto de irme con las manos vacías hasta que encontré un libro muy especial. Por fin a alguien se le ocurrió hacer un libro de un mercado, y qué mejor que el mercado de San Juan, uno de los mejores de esta megalópolis.


El libro menciona la importancia de los mercados en México desde la época prehispánica, con sus tiangüis y plazas principales, recorre los mercados capitalinos del México virreinal, hasta llegar a la historia de lo que fue la construcción de San Juan como actualmente lo conocemos, ya que tuvo diversos aspectos pero siempre establecido en el mismo rumbo.


El mercado de San Juan es conocido por los productos selectos que ahí se expenden, sobrevive entre la proliferación de tiendas de delicatessen que abundan en el sur de la ciudad, Santa Fe, Polanco, Satelucos y anexas, y todos aquellos supers con nombre gringo. Claro, ¿quién quiere trasladarse hasta el centro de la ciudad, con la Secretaría de Gobernación cerca de allí y no encontrar dónde dejar el carro? Pero, afortunadamente hay quienes a pesar de los inconvenientes vamos por tradición y por gusto. Además de que ahí se vende mucho mejor pescado que en la Nueva Viga.


Volviendo al libro, debo decir que me pareció entrañable y singular, porque vienen las entrevistas con quienes dan vida al mercado: sus locatarios. Es un gusto abrir el libro y encontrarme con las fotos de mis marchantes y el porque de su vida de comerciantes, está la señora a la que le compro los hongos de temporada, el señor de la Jersey, al que antes le dediqué un post en este espacio. Mis hábiles pescaderos que hacen unos cortes de super lujo, un señor muy coqueto y guapo que vende quesos de cabra con ceniza, no podían faltar los que venden abarrotes de productos orientales, los que venden aves, armadillos, de demás bichos raros, los carniceros con sus secciones de lechón, cabrito, carnero, ternera. Los alegres fruteros, verduleros y hasta yerberos. Lo bueno es que cada uno aporta una receta favorita de acuerdo a su ramo y hasta vienen con foto por si ustedes son los que necesitan una foto para animarse a preparar el platillo. El libro incluye también a cinco reconocidos chefs que van de compras a San Juan y comparten sus recetas, y vaya que se ven bien suculentas.
Los textos son de don José Iturriaga y las fotos de David Chavolla, lo único que no me gustó del libro es que está hecho por la pecsi, ajá sí, ¿qué no lo pudo haber hecho La Jarritos, o la Pascual o cualquier otra embotelladora mexicana que sobreviva a estas trasnacionales.
Del Mercado a la Mesa
el mercado de San Juan
Edit. Landucci
México, 2005