La señora Petra Pemex siembra maíz. Toda su cosecha la vende y cuando necesita tortillas, sopes, totopos, palomitas, masa y atole, tiene que comprarlas con sus vecinas. La señor Petra alimenta a una bestia hambrienta que llama marido.
Panadera linda: Cada día compruebo que estás bien loquita. Mira que comparar la paraestatal con una mujer sometida, sin gasto, con un marido insaciable por dejarla en la miseria, sólo a ti.
Y además el maíz que le venden las vecinas es chafisima.....hasta me caen gordas.....
ResponderBorrarNo encontraba la sensación hasta que di con la etiqueta; me llevo mis sollozos por doña Petra, dejo mi agradecimiento por tus visitas y comentarios.
ResponderBorrarPanadera linda: Cada día compruebo que estás bien loquita. Mira que comparar la paraestatal con una mujer sometida, sin gasto, con un marido insaciable por dejarla en la miseria, sólo a ti.
ResponderBorrarel drama de la señora pemex me recuerda el drama de multitud de señoras mexicanas (había escrito todas... es tan triste).
ResponderBorrarEl marido bestia, las vecinas unas jijas del maiz, y esa Petra que, inocente, no es. Ni a quien echarle la culpa.
ResponderBorrarQué chido microrelato!!
ResponderBorrarJosué, ¿qué milagro?
ResponderBorrarViniendo de ti, es un honor.